Leía sobre la actitud xenofóbica que reciben los hondureños estando en Tijuana. Y me acordé de aquella frase de José Vasconcelos: ‘Donde termina el guiso y empieza la carne asada, comienza la barbarie’.

Para Fernando Escobar Paéz

El simple hecho de recordar la frase me causó una carcajada que callé a la mitad. Yo también estaba teniendo una actitud xenófoba. Lo que me llevó a otra frase, esta de Claude Levi-Strauss: “La humanidad termina en la tribu”.

Levi-Strauss nos dio la pauta para observarnos dentro de la comparación. En sus Mitológicas, esos cuatro mamotretos sobre la manera en que el ser humano trata los alimentos y el conjunto de significados que le ponemos.

El primero de ellos, Lo crudo y lo cocido, nos muestra cómo al hacer uso de un elemento natural pasamos de lo primitivo a un proceso civilizatorio. Y poder reflexionar sobre lo dicho por una mujer a la que se pretende ayudar con frijoles refritos y tortillas.

¿Qué la hizo decir eso? ¿No midió la fuerza de sus palabras y la respuesta que obtendría, no sólo hacía ella, sino contra todos como ella? Las palabras y los alimentos, dos cosas que tienen su lugar en la boca y llenan de significado nuestra vida.

¿Qué nos hace ser xenófobos? Al parecer, eso que observó Levi-Strauss y se llama etnocentrismo

Se puede definir como los parámetros con que un individuo analiza y comprende la realidad desde una ideología. Por ejemplo, las personas suelen creer que determinada etnia es mejor o peor, desde sus creencias: la lengua española sirve para comunicarse con Dios, los franceses usan perfume por sucios, los negros huelen mal, a mayor tamaño del falo más placer proporciona.

Todas esas frases son características de comparación como las que nos muestra el libro Mitológicas. Cuando nos comparamos con otro, también buscamos oponernos a él. De primera instancia no lo aceptamos, culturalmente, crecemos construyendo una identidad comparativa y opositora.

Siguiendo lo dicho en el primer párrafo: se asume como más civilizado el comer algo asado, en lugar de algo crudo; y tiene mayor civilización, el utilizar otro elemento natural (el agua) en un deposito (la olla) que ira al fuego: de allí que el guiso le parezca a Vasconcelos un avance cultural.

Regresando al etnocentrismo, nos podemos dar cuenta que sucede, no por reflexión, si no por otra forma de construcción mental

Se le conoce como Heurística del juicio, que son atajos mentales que nos llevan a resolver problemas o crearnos juicios rápidos sobre determinada situación. Esto ocurre porque nuestro cerebro no puede determinar todos los datos que envían los sentidos y por ello construye estas reglas.

Entre más las utilizamos sin dudar de nuestros pensamientos y datos, el cerebro va a preferir estos heurísticos. Pero se corre el riesgo de construir juicios erróneos conocidos como sesgos cognitivos.

Esos errores los encontramos en la misma frase de Vasconcelos. Coloquialmente se cree que la frase dicha por el filósofo fue “La cultura termina donde comienza la carne asada”. Sin embargo, la frase escrita es “Donde termina el guiso y empieza la carne asada, comienza la barbarie“, la cual fue escrita en reflexión durante un viaje de Querétaro a Guanajuato, después de comer en el Valle de Tolimán. Aunque parece lo mismo, las posibilidades de interpretación entre una frase y otra son enormes.

La primera manda a los norteños más allá del neolítico, mientras que la segunda asume que aún les falta pasar a un siguiente nivel civilizatorio.

Aquí ya observamos los prejuicios que nos llevamos a la boca, más cercanos a una maruchan que un estofado de rabo de toro

Algunos de estos sesgos cognitivos que nos llevan a la xenofobia son:

  • Ilusión de control: Es la suposición de que podemos controlar o influir en determinados eventos o situaciones. La mayoría de las supersticiones suelen usar este método, pero también lo vemos en aquellos que llaman a cuidar las fronteras y las patrias.
  • Efecto de percepción ambiental: Sabemos que el ambiente influye en demasía en nuestras conductas; pero cuando es llevado a propuestas teóricas como la “teoría de las ventanas rotas”, que afirma: cuando hay un ambiente sucio, caótico y deteriorado las personas se comportan de una manera menos cívica nos enfrentamos al acto desprecio de la pobreza o nos ponemos reglas de etiqueta inamovibles que tiene un grupo social y denigra otras formas.
  • Efecto Dunning – Kruger: Similar al de percepción ambiental pero llevado al punto de que aquel que no se parece a nosotros, por vestimenta, lengua o uso de ella, color de piel o simplemente se vea diferente, piensa lo contrario a nosotros. Este sesgo es el que sostiene nuestros miedos a la diferencia.
  • Efecto Halo: Si alguien nos parece que cumple con características que consideramos bellas o atractivas, solemos creer también son buenas y justas. Este efecto es normal en momentos de enamoramiento o con los actores y cantantes que nos gustan: nos hacemos de ideas que deberían cumplir con determinados estándares de conducta y pensamiento.
  • El Falso Consenso: Un claro ejemplo de esto, es el uso de frases hechas como que “el español es uno de los idiomas más fáciles porque lo hablamos nosotros”, “la mejor comida es la mexicana”, “la bandera más bonita es la nuestra”. Sobrevaloramos lo propio contra lo otro creyendo que al ser más en un momento, eso nos da la razón.
  • Defensa de Estatus: Creyendo que tenemos o representamos algo nos implica necesariamente negar a los otros o defender lo que creemos nuestro. “El mexicano vive de frijoles y tortilla, si no lo quiere o no le gusta, odia lo mexicano”. Conozco a varios mexicanos que no les gustan los frijoles y no veo que dejen de serlo.
  • Heurístico de Anclaje y Ajuste: Solemos confiar en la información primera y a partir de allí desarrollar un conjunto de silogismos obvios y equivocados de las cosas. Cuando no corroboramos la información y la repetimos, asumiendo que es verdad, nos lleva a repetir las famosas fake news, hoy tan de moda. El presidente Trump maneja esto de manera extraordinaria hasta poder construir en sus seguidores teorías conspirativas impresionantes.

Lo gracioso de la heurística del juicio es el valor que han logrado tener en esta época. Las empresas se han dado cuenta de nuestra relación emocional con las redes sociales y utilizan los heurísticos a favor. Comprometiendo la racionalidad de las acciones humanas.

Los dejo, que se me queman los frijoles puercos que estoy haciendo.