Vivir un acontecimiento da el derecho para escribir sobre él. Esta es la máxima de la escritura de Annie Ernaux ―y que comienza con su cuarto libro, El lugar (1983)―. Su voz propia: valentía y experimentación.
La autora francesa ganó el Nobel de Literatura el año pasado, además de ser la escritora más famosa de occidente en 2022; Ernaux es también una feminista singular. Sus libros no discuten filosóficamente su postura, el suyo, su camino es el del relato cotidiano que termina en denuncia.
En español se han publicado gran parte de sus libros por la editorial Tusquets, entre los que destacan: Una mujer, La vergüenza, El lugar, Pura Pasión y El acontecimiento; este último ―quizá, el más famoso de sus narraciones― es una querella contra la sociedad de su época (1960, que penalizaba, con prisión y multa, el aborto en Francia).
Noveleta, confesión o diario. ¿Qué es su narración? La escritura de El acontecimiento se encuentra a lado del género de las memorias, pero de una manera muy sui generis, porqué su posicionamiento es el de la lucha de clases (la hija de obreros que logra acceder a la universidad para estudiar, y que por tal motivo tiene que sortear varias peripecias para sobrevivir a su época, entre las que se encuentran, el sexo libre, las enfermedades venéreas y por supuesto, el tema del libro, la interrupción de un embarazo no deseado).
El calvario comienza en octubre de 1963, con una buena noticia: no es cero positivo, aunque, por otro lado, ha quedado embarazada. Ante el miedo a su madre, y el miedo de perder su beca estudiantil, Annie se va enfrentar a un momento de su vida que acertadamente llamó: acontecimiento en el sentido más profundo de la palabra.
Reflexionando sobre lo que significa un acontecimiento desde el punto de vista filosófico, Zizek ha escrito: «…acontecimiento es algo traumático, perturbador, que parece suceder de repente y que interrumpe el curso normal de las cosas… es, por consiguiente, el efecto que parece exceder sus causas… (Acontecimiento)»
Las memorias de la narración se suceden de manera intermitente. Son como chispazos. Aunque el relato tiene una secuencia de octubre de 1963, a enero de 1964, no podríamos decir que la narración es lineal. La historia está fragmentada, lo mismo recuerda la muerte de Kennedy que la representación teatral de Huis Clos de Sartre.
La escritura de El acontecimiento es una victoria, escribe Ernaux:
Hace una semana que comencé este relato sin tener la certeza de que fuera a continuarlo. Tan solo quería comprobar que deseaba escribir sobre el tema. Era un deseo que experimentaba cada vez que me sentaba a escribir el libro en el que llevo trabajando desde hace dos años. Me resistía a ese deseo sin dejar de pensar en él. El hecho de abandonarme a él me horrorizaba. Pero también me decía a mí misma que quizás un día me muriera sin haber escrito nada sobre esa vivencia. Para mí, eso sí que habría sido algo imperdonable, no lo otro.
Dar voz a lo que se tiene que callar es la idea principal del libro: liberarse del determinismo social. Si todo lo personal se vuelve político cuando se trata de prohibiciones sobre el propio cuerpo, entonces, aquí es donde la autora se acerca a la nouveau roman en la medida que critica la novela de ficción burguesa que poco tiene que ver con la realidad social. Annie describe la vida de aquel entonces casi como un tratado antropológico e histórico; su escritura es plana, sin embragues y literal.
El acontecimiento es la peripecia de cuatro largos meses de desolación y desamparo donde la protagonista, ella misma, tiene que aprender a lidiar con hombres de todo tipo, desde doctores que la ven con repulsión y odio, hasta compañeros de la universidad que la empiezan a tachar de cascos ligeros. Aunque el tema de la historia puede resultar común: la chica abandonada a su suerte por el novio; el relato termina siendo muy innovador por cómo está escrito: confesión fragmentada con toques de crítica social y observaciones antropológicas.
El libro de Annie Ernaux es mucho más que un relato sobre su aborto, es el vericueto que le tocó caminar en soledad a aquella joven becada y sin ningún tipo de poder; la voluntad soberana que ha decidido sobre su propio cuerpo; el matricidio que le permitió romper absolutamente con el estereotipo de la mujer de aquel tiempo, pero no para ascender a la alta sociedad, de ninguna manera, sino para con su libertad hacerse ella misma: una mujer libre y auténtica. Sin duda un libro extraordinario y desconcertante que nadie debería dejar de leer.
Escribe Annie Ernaux casi al final del relato: «en aquel momento maté a mi madre dentro de mí».
- Ilustración: Nigel Van Wieck