A un mes del asesinato del estudiante Yanqui Kothan Gómez Peralta, quien encabezo el ‘portazo’ en Palacio Nacional protestando contra AMLO, normalistas de Ayotzinapa quemaron vehículos y atacaron con petardos, además de romper vidrios en el Palacio de Gobierno de Guerrero.

Esta es la segunda protesta por lo que consideran una burla y revictimización al quedar impunes funcionarios implicados en el asesinato del joven durante un retén policiaco. El mes pasado atacaron la sede de la Fiscalía General de Guerrero.

Los normalistas de Ayotzinapa se sublevaron en marzo causando destrozos en la Fiscalía General de Guerrero, donde incendiaron vehículos y dejaron al menos 20 agentes de seguridad heridos tras el choque directo. Reclamaban porque el policía que mató a Yanqui Kothan, se fugó con apoyo de la autoridad.

Ayer, según registran medios locales, normalistas de Ayotzinapa llegaron a bordo de cuatro autobuses poco antes de las 9 de la mañana y comenzaron el ataque al Palacio de Gobiero de Guerrero, ubicado en Chilpancingo, la capital del estado.

Se equivoca el Gobierno del Estado si cree que con las renuncias de los funcionarios estatales colman los anhelos de justicia por la muerte de nuestro compañero (…)

El nuevo nombramiento de Ludwing Marcial Reynoso y de Francisco Rodríguez Cisneros es una clara señal de impunidad del caso y una burla que revictimiza a los familiares de Yanqui Kothan , propio de los gobiernos autoritarios”, se expone en un comunicado de los normalistas, quienes exigen juicios penales contra los exfuncionarios involucrados; todos libres pese a tener responsabilidad.

Yanqui Kothan Gómez Peralta encabezó el ‘portazo’ a Palacio Nacional para protestar contra AMLO por ignorar y no atender a los familiares de los 43 de Ayotzinapa, y por proteger al Ejército que participó en la desaparición forzada de los normalistas; dos días luego, un policía estatal de Guerrero asesinó a tiros ‘a Yanqui Kothan en un retén

Los estudiantes normalistas de Ayotzinapa atacaron ahora las instalaciones de Palacio de Gobierno de Guerrero, por la impunidad ante la nueva muerte de un estudiante que encabezó el ‘portazo’ a Palacio Nacionlal contra AMLO.

El reclamo de los normalistas fue desestimado por la polémica gobernara morenista Evelyn Salgado, quien tras el ataque a Palacio de Gobierno suspendió los honores a la bandera; horas luego respondió con un comunicado oficial.

El gobierno de Guerrero lamenta y condena las acciones violentas en que incurrieron esta mañana presuntos integrantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en las Oficinas del Recinto del Poder Ejecutivo en Chilpancingo.

Se hace del conocimiento que todas las demandas planteadas por los normalistas han sido atendidas puntualmente esta administración, que se ha distinguido por priorizar el diálogo y el entendimiento”, se asegura en el comunicado oficial del Gobierno del Estado de Guerrero.

La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, en su comunicado tras el ataque a Palacio de Gobierno, acusan al gobierno de manipular los hechos donde fue acribillado el estudiante yanqui Kothan Gómez peralta.

Por mentir asegurando que el 7 de marzo, en las inmediaciones del libramiento a Tixtla, Yanqui Kothan y otros compañeros iban armados mientras circulaban en un vehículo, y por ello la Policía estatal abrió fuego, fueron removidos del cargo Rolando Solano Rivera, exsecretario de Seguridad Pública, la fiscal general Sandra Luz Valdovinos, y el secretario general de Gobierno Ludwing Marcial Reynoso.

También se detuvo, días luego, para simular justicia, a dos de los tres motoristas que encabezaron el ataque a tiros a los estudiantes. Aunque el asesino de Yanqui Kothan, quien le disparó directo a la cabeza, sigue prófugo gracias al apoyo para huir que le dieron las autoridades de gobierno.

El nuevo caso del asesinato de otro estudiante normalista, ha hecho estallar más la rabia acumulada por la desaparición forzada de los 43 de Ayotzinapa y la ‘nueva verdad histórica’ del gobierno de AMLO, que concluye lastimosamente protegiendo al Ejército antes que a las víctimas y sus familias.