El doble lenguaje (doublespeak) no es una cuestión de concordancia entre sujetos y verbos; es una cuestión de concordancia entre palabras y hechos. Fundamental para el doble lenguaje es la incongruencia, la incongruencia entre lo que se dice, o se deja sin decir, y lo que realmente es.

(George Orwell)

El manejo del lenguaje es un pilar fundamental en la actividad diaria de los políticos.

La elección de las palabras y el uso de estrategias comunicativas determinan, en gran medida, el éxito de un político en su labor de persuasión. El lenguaje, además, contribuye de forma decisiva a la imagen pública del político y, por extensión, a la del partido que representa.

Es importante destacar que el lenguaje utilizado por la clase política está orientado a la consecución de unos objetivos específicos. Las intervenciones de los líderes públicos se construyen en torno a una serie de metas que vertebran el lenguaje político, o, mejor dicho, el uso político del lenguaje.

Dado que los actores políticos pretenden crear una versión particular de la realidad a través del lenguaje, las acciones verbales dentro del discurso político pueden entenderse como actos de habla performativos. Estos actos no solo se emiten para hablar sobre el mundo, sino para actuar sobre él.

El manejo de la palabra resulta especialmente útil cuando el político ha de referirse a hechos que, por cualquier razón, resultan incómodos

El líder público debe evitar cualquier palabra o expresión que sea susceptible de provocar rechazo en el ciudadano, a fin de no poner en riesgo su imagen pública, la de una tercera persona o grupo de personas.

Para ello, el político recurre al eufemismo como estrategia discursiva que le permite abordar temas difíciles sin que por ello su imagen se vea perjudicada.

Eufemismo y doble lenguaje

Allan y Burridge (2009) definen el eufemismo como una estrategia lingüística para suavizar conflictos que podrían dañar la imagen pública del emisor, receptor o terceros. En política, se utiliza para preservar la imagen positiva del emisor y evitar daños a su imagen. La importancia de proteger la reputación es crucial en este ámbito, donde los líderes deben cuidar su imagen, que puede deteriorarse, mejorarse o mantenerse, según Allan y Burridge.

Lutz (1999) identifica el uso malintencionado del eufemismo como doble lenguaje (doublespeak), que busca ocultar la realidad y evadir responsabilidades mediante expresiones ambiguas. El doble lenguaje, en su extremo, puede invertir significados y tiene como objetivo proteger al político de críticas y defender sus intereses, como se verá en ejemplos presentados en este trabajo.

Para este análisis, se ha consultado a Van Dijk (1997), quien identifica diversas estructuras y estrategias en el discurso político, como tópicos, esquemas textuales, semántica local, léxico, sintaxis, retórica y actos de habla. Se ha seleccionado el uso del eufemismo como objeto de análisis léxico, centrándose en eufemismos encontrados en titulares de noticias o comentarios de figuras políticas.

Este análisis se realiza mediante el enfoque del análisis crítico del discurso (Fairclough, 2013), el cual investiga cómo se utiliza el lenguaje para perpetuar o desafiar normas sociales, dinámicas de poder e ideologías, buscando desentrañar significados subyacentes, suposiciones y valores implícitos en los textos y contextos sociales que influyen en su creación e interpretación.

Se analizan tres ejemplos de titulares de noticias que utilizan eufemismos para referirse a situaciones de violencia, crimen y crisis humanitaria en México

Se demuestra cómo la elección de palabras específicas minimiza la gravedad de los hechos, oculta las responsabilidades y desvía la atención de las causas profundas de los problemas.

Análisis

(1) Efectúa INM proceso administrativo migratorio a 226 personas extranjeras transportadas de manera irregular en un tractocamión

El titular del Instituto Nacional de Migración (INM) utiliza el eufemismo transportadas de manera irregular para referirse al tráfico de 226 migrantes. Analizar esta elección lingüística dentro del contexto de los problemas migratorios en México revela cómo las opciones de lenguaje están intrínsecamente relacionadas con las dinámicas de poder y sirven a intereses específicos.

México es un punto de tránsito crucial para los migrantes que se dirigen hacia Los Estados Unidos. Se han expresado preocupaciones sobre la participación de organizaciones delictivas en el tráfico y trata de personas, y el gobierno enfrenta la presión de abordar estas cuestiones. Al emplear el término irregular, el titular evita acusar directamente a alguien de algún delito. Esta elección léxica minimiza la gravedad potencial de la situación y la implicación de elementos delictivos, presentando al INM simplemente como un organismo que maneja una irregularidad migratoria.

Este enfoque probablemente sirve al interés del gobierno ya que se proyecta una imagen de proactividad en materia migratoria, evitando potencialmente reconocer la presencia del tráfico de personas. Además, podría tener como objetivo desviar las críticas centrándose en los procedimientos administrativos en lugar de los aspectos delictivos.

El uso del eufemismo transportadas de manera irregular desempeña varias funciones: evita mencionar directamente el tráfico de personas, un término asociado a la violencia y al delito, y minimiza el riesgo potencial y el sufrimiento que enfrentan los migrantes. Irregular es un término neutral que sugiere una violación del procedimiento más que un delito, lo que disminuye la gravedad de la situación y desvía la atención de la posible actividad delictiva.

Este enfoque desplaza la atención hacia el estatus migratorio de los migrantes, lo que podría llevar al público a percibirlos como el problema en lugar de como víctimas en una posible situación de tráfico o trata

Analizado a través de una lente de Análisis Crítico del Discurso (CDA), este titular revela cómo un eufemismo sirve al interés del gobierno ya que permite controlar la narrativa. Evita reconocer la posible presencia de trata de personas y minimiza la vulnerabilidad de los migrantes.

Este enfoque gestiona la percepción pública al centrarse en los procesos administrativos y potencialmente desviar las críticas sobre su manejo de la crisis migratoria.

(2) Nos mantenemos en reunión permanente para darle seguimiento al operativo de búsqueda de las personas aún no localizadas.

Este titular emplea el eufemismo “personas aún no localizadas” en lugar de “secuestradas, desaparecidas o levantadas” en el contexto de un enfrentamiento entre grupos delincuenciales.

México enfrenta una grave problemática de desapariciones vinculadas a organizaciones delincuenciales, con miles de personas desapareciendo cada año, lo que genera una profunda crisis humanitaria y social.

Al utilizar la expresión “personas aún no localizadas”, el titular evita mencionar directamente el secuestro, las desapariciones forzadas o la participación de organizaciones delictivas. Esto minimiza la gravedad de la situación y el alcance del problema, al tiempo que presenta a las autoridades como realizando operativos de búsqueda sin necesariamente abordar la violencia subyacente.

Este enfoque probablemente responde al interés del gobierno de proyectar una imagen de control y minimizar el pánico social ante las desapariciones. También puede tener como objetivo desviar la atención de su responsabilidad en el combate a la delincuencia organizada y la crisis humanitaria de las desapariciones.

El eufemismo “personas aún no localizadas” funciona de varias maneras para influir en la percepción pública. Evita términos asociados a la violencia y la impunidad, como “secuestradas” o “desaparecidas”, subestimando así el peligro potencial y la angustia que enfrentan las familias y la sociedad en general

“No localizadas” es un término neutro que sugiere falta de conocimiento sobre el paradero de las personas, evitando culpabilizar a alguien o reconocer la posible participación de grupos delictivos.

El enfoque se centra en los operativos de búsqueda, dando la impresión de que las autoridades están tomando medidas, lo que podría apaciguar temporalmente a la población, pero desvía la atención de la necesidad de soluciones estructurales al problema de las desapariciones.

Este titular, analizado a través del marco CDA, revela cómo un eufemismo sirve al interés del gobierno de controlar la narrativa en torno a las desapariciones relacionadas con el narcotráfico, evitando reconocer la magnitud de la crisis y la posible responsabilidad del Estado en su combate.

Este enfoque podría generar una falsa sensación de control sin abordar las causas profundas de la violencia y la impunidad que dan pie a las desapariciones

(3) los migrantes secuestrados en … fueron liberados…

Ante este comunicado las autoridades enfatizaron en su momento que, debido al despliegue de las fuerzas federales, los migrantes que habían sido secuestrados fueron liberados. Esta declaración sugiere que la acción de las autoridades frente al secuestro de migrantes resultó en una disuasión efectiva, evitando así un enfrentamiento y permitiendo la liberación de los migrantes.

El titular utiliza el término “liberados” para referirse a los migrantes que fueron secuestrados. El secuestro de migrantes por parte de organizaciones delictivas es un problema recurrente en México, y el gobierno enfrenta la presión de abordar este problema y proteger a los migrantes vulnerables.

Al utilizar el término “liberados”, el titular enfatiza el resultado positivo logrado por las autoridades, minimizando así la vulnerabilidad inicial de los migrantes y el uso potencial de la fuerza por parte de los secuestradores

Esta elección léxica presenta la respuesta del gobierno como efectiva para disuadir la violencia y sugiere una intervención exitosa que evitó un rescate potencialmente peligroso.

Este enfoque posiblemente responde al interés del gobierno de proyectar una imagen de fuerza y control sobre el crimen, evitando retratar la necesidad de una operación de rescate arriesgada y desviando las críticas sobre su manejo de la crisis migratoria.

La elección de “liberados” funciona de varias maneras. Evita mencionar la violencia o la coacción probablemente involucradas en el secuestro, subestimando así el peligro que enfrentan los migrantes y el trauma potencial que pueden haber experimentado.

Además, “liberados” evoca una sensación de alivio y una intervención exitosa por parte de las autoridades, apuntando a ganar la aprobación pública de la respuesta del gobierno.

Sin embargo, este enfoque cambia la atención hacia el resultado en lugar del proceso, lo que podría llevar al público a creer que la intervención contundente no fue necesaria y que la situación se resolvió pacíficamente gracias a la presencia de las autoridades.

En contraste, el término “rescatados” implicaría una intervención más proactiva por parte de las autoridades, reconociendo la vulnerabilidad de los migrantes y la posibilidad de una situación violenta. Por lo tanto, “liberados” sugiere una resolución menos dramática, minimizando la gravedad del delito y la posible necesidad de una operación de rescate arriesgada

Este titular, analizado a través del marco del CDA revela cómo un eufemismo puede usarse para moldear la percepción pública. “Liberados”retrata un resultado exitoso para el gobierno, potencialmente minimizando la violencia enfrentada por los migrantes y evitando descripciones de un rescate riesgoso.

Aunque, este enfoque podría apaciguar al público en el corto plazo, pero potencialmente evita abordar las causas fundamentales del secuestro de migrantes y las medidas necesarias para prevenir futuros incidentes.

Conclusión

La presente contribución analiza cómo los eufemismos pueden emplearse estratégicamente para manipular la opinión pública y moldear la narrativa en torno a asuntos sensibles, como la migración y la seguridad.

Según señala Lutz (1999), el uso de eufemismos y el doble discurso puede beneficiar a los intereses gubernamentales al proyectar una imagen positiva de sus acciones y evitar el debate sobre temas controvertidos. No obstante, esta práctica puede acarrear consecuencias al eludir abordar las causas profundas de los problemas y perpetuar la opacidad respecto a la realidad de la situación.

El doble lenguaje, tal y como lo menciona George Orwell, implica una discrepancia entre la palabra y su referencia, entre la apariencia y la realidad, entre la función primordial del lenguaje (comunicar) y lo que el doble lenguaje consigue (engañar, distorsionar, exagerar, eludir, confundir, oscurecer).

El uso del eufemismo y el doble lenguaje como fenómenos lingüísticos se ha vuelto tan ubicuo en la vida cotidiana que a menudo lo pasamos por alto. De hecho, parece que lo damos por sentado, como si fuera la norma en la comunicación, o más precisamente, en la falta de comunicación. Lo que es aún peor, cuando lo reconocemos, a menudo no reaccionamos ante él (Orwell, 1946).

Referencias

Fairclough, N. (2013)Critical discourse analysis: The critical study of language. Routledge.

Lutz, W. (1999).DoubleSpeak defined. Harper Resources.

Orwell, G. (1946). Politics and English language. Harcourt, Brace & World.

Van Dijk, T. A. (1997). What is political discourse analysis? Belgian journal of linguistics11(1), 11-52.

  • Ilustración: Corbis