John Yuyi juega todo el tiempo con la ruptura de los moldes establecidos. Y ello se refleja en su obra fotográfica que se alza como nueva fetichización de la cultura mainstream.

Yuyi (Taiwán) orbita lúdicamente alrededor del cuerpo femenino, lo mismo que sobre la iconografía de una época post-posmodernista, una que busca nuevas formas para la conexión sensorial.

“Creo que tener sentido del humor es lo más importante del mundo”, resuelve Yuyin sobre el carácter de su obra, que ya es un fenómeno mundial.

Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la música de Gabin y la poesía de Jaime Sabines.

Miss X

Miss X, sí, la menuda Miss Equis,
llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.
Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la yerba bajo el agua.
Se pone triste a veces
con esa tristeza mural que en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.
Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una ciudad, lleno de paja.
Tiene también una mujer madura
que le asusta de pronto la mirada
y se le mueve dentro y le deshace
a mordidas de llanto las entrañas.
Miss X, sí, la que me ríe
y no quiere decir cómo se llama,
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
que me ama pero que no me ama.
Yo la dejo que mueva la cabeza
diciendo no y no, que así me cansa,
y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.
Ayer la luz estuvo
todo el día mojada,
y Miss X salió con una capa
sobre sus hombros, leve, enamorada.
Nunca ha sido tan niña, nunca
amante en el tiempo tan amada.
El pelo le cayó sobre la frente,
sobre sus ojos, mi alma.

La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua.

¡Ah, Miss X, Miss X, escondida
flor del alba!

Usted no la amará, señor, no sabe.
Yo la veré mañana.

Jaime Sabines