Gregg Segal ejerce una sencilla relatoría del desastre, una semana de consumo y su traducción simultanea en desechos. No hay misterio, a la vista están las consecuencias de lo que hacemos, aunque volvamos la vista hacia otro lado.
Segal (Estados Unidos) lanza una invectiva demoledora contra el consumismo y sus efectos desastrosos a partir de algo que todos producimos y luego nos olvidamos: la basura, esa espantosa marca de la sociedad de consumo.
“Pienso en el consumidor como víctima y agresor; somos víctimas de todo el sistema de una manera que también contribuimos a ese mismo problema (…) Quería crear entornos que encuentras en la naturaleza para hablar sobre cómo no queda ningún lugar prístino. Todo está manchado por nuestros desperdicios”, dice Segal sobre su obra conceptual.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la música de Gorillaz y la poesía de Gladys González.
Paraíso
Aquí no hay glamour
ni bares franceses para escritores
sólo rotiserías con cabezas de cerdo,
zapatos de segunda
cajas de clavos, martillos,
alambres y sierras
guerras entre carnicerías
vecinas y asados pobres.
Este no es el paraíso ni el anteparaíso.
Gladys González