La oposición, representada por los grupos parlamentarios del PRI, PVEM y PRD, sacudió el letargo del Congreso del Estado al rebelarse contra el grupo dominante del PAN. Por primera vez en esta Legislatura abandonaron la sesión y provocaron una crisis política.
Al mediodía el Congreso del Estado entró en shock. Afuera había una protesta de taxistas. Adentro la protesta fue más contundente. Airados, diputadas y diputados del PRI, PVEM y PRD se levantaron de sus curules y abandonaron el pleno. Nadie podía dar crédito a lo que ocurría.
“Esto es un ‘agandalle’ ”, soltó en los pasillos frente a los medios de comunicación el diputado priísta Rigoberto Paredes Villagómez, líder del Grupo Parlamentario del PRI.
Momentos antes se había dado lectura por los panistas a una iniciativa que promovieron en conjunto PVEM y PRI para dar certeza jurídica a los propietarios de locales en mercados públicos con la entrega de títulos de concesión. Eso motivo la ruptura. Y una crisis política en curso.

El dato parece mínimo. El tema menor. Pero los grupos del PRI-PVEM-PRD ya traían la ‘mecha encendida’ por los mayoriteos del PAN
La olla de presión estalló cuando el presidente del Congreso, el panista Alejandro Navarro Saldaña dio lectura a la iniciativa del PVEM-PRI, acción que las diputadas y diputados opositores interpretaron como lo que más tarde dirían ante los medios de comunicación: un ‘agandalle’, un ‘madruguete’.
“No es la primera en la cual (nos mayoriteran), estamos hablando del Programa Escudo, de las auditorías, y de todo, ellos han votado, solamente los 19 (panistas) para muchísimas cosas y con eso les ha bastado (…) pero que no se les olvide que aquí hay más diputados, más voces y que por eso existen los grupos parlamentarios, para que todos sean escuchados”, fue directa en su reclamo la diputada priísta Luz Elena Govea López, tras asegurar que los panistas rompieron los acuerdos y quisieron adjudicarse un trabajo que nunca hicieron.
La secundó una airada Beatriz Manrique Guevara, diputada del PVEM y líder de este grupo, tras extender que no sólo el PAN cruzó la línea. Acusó al secretario general del Congreso, el panista Cristian Cruz Villegas de gritarle y de hablar con ‘autoridad’ cuando no es más que un empleado de los diputados; como los asesores, la Secretaría Técnica y el personal de Apoyo Parlamentario que sólo atienden las órdenes de los diputados panistas.
“Este Congreso no puede manejarse al arbitrio de uno o unos cuantos (…) la exigencia es que los órganos institucionales se comporten como tales. No voy a permitir que me vuelva a contestar nunca más el Secretario General como me contestó cuando le dije al Presidente (del Congreso) que no había ‘quórum’ ”, tronó ante cámaras y micrófonos la diputada del PVEM.
Y terció con argumentos similares el líder del Grupo Parlamentario del PRD, Gerardo Silva Campos.
“Queremos manifestar nuestro rechazo a este ‘madruguete’ (…) Aquí todos los diputados valemos lo mismo. Simple y sencillamente en muchos casos han mayoriteado las decisiones”, fue la acusación del diputado perredista.
El caos generado por la abrupta salida de las diputadas y diputados del PRI, PVEM y PRD obligó a que se decretase un receso

Éctor Jaime Ramírez Barba, líder del Grupo Parlamentario del PAN, convocó a una ‘encerrona’ para resolver el dilema: seguir o no seguir con la sesión. Se apersonó en una oficina con algunos diputados panistas y convenció a las representaciones parlamentarias –un bello eufemismo para designar a cada diputado de los llamados ‘chiquipartidos’- de Nueva Alianza, Convergencia y Morena para acompañarle.
La sesión se reanudó cerca de una hora luego de la rebelión del PRI, PVEM y PRD, con el apoyo de los diputados de Nueva Alianza, Convergencia y Morena

A la 1:26 de la tarde los diputados rebeldes regresaron a sus curules. Nadie dijo nada. Se acomodaron, escucharon que les nombraban y luego que el diputado de Convergencia, Eduardo Ramírez Granja, expuso en tribuna una iniciativa para expedir constancias provisionales de cédulas profesionales, votaron a favor. Y a las 2:11 de la tarde se volvieron a retirar sembrando nuevamente confusión.
Otra vez frente a cámaras y micrófonos, Beatriz Manrique, Luz Elena Govea y Geardo Silva Campos justificaron que sólo regresaban para cumplir su palabra –algo que acusaron no hace el PAN-, para apoyar con su voto la aprobación de la iniciativa presentada por el diputado Ramírez Granja.
Fue Santiago García López, diputado del Grupo Parlamentario del PRI y líder estatal del mismo partido, quien le puso nombre y apellido a lo que sus compañeros calificaron de ‘agandalle’ y ‘madruguete’: Éctor Jaime Ramírez Barba.
“Esta es una forma de decir ¡Basta ya! a la arbitrariedad, ¡Basta ya! al autoritarismo que se ha venido ejerciendo, con mayor ímpetu, por el coordinador de los diputados del Partido Acción Nacional (PAN); ha habido atropellos, ha habido arbitrariedades en comisiones y creo que (el límite) llegó hoy con el tratar de ‘agandallarse’, como se dice popularmente, una iniciativa que tanto el Partido Verde Ecologista (PVEM), como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) habían venido trabajando en meses”, lanzó su invectiva García López.
El diputado priísta remarcó lo que sus compañeros ya habían dicho sobre que no van a permitir ser ninguneados por empleados del Congreso del Estado, y que además van a pedir se despida a los responsables por lo ocurrido este jueves. Aún fue más allá y acusó a los panistas de amenazar a otros diputados para cumplir con sus propósitos de dominio. Caso concreto el del diputado de Morena, Alejando Landeros Torres.
“Lo han amenazado con que va hacer una auditoria, con que está abierta, que le van a retirar apoyos institucionales. Esto es ya un exceso, amenazarlo, amedrentarlo (…) fue el comentario que nos hizo el propio diputado (Landeros)”, acusó el diputado y líder estatal del PRI.
Pese a la ausencia de los diputados rebeldes la sesión ordinaria continuó unos minutos más y llegó el turno al PAN y a Landeros para hacer aclaraciones
El diputado Alejando Landeros Moreno, quien hace poco protagonizó un escándalo por acusar, en estado de ebriedad, a su partido de pedirle ‘moches’ del dinero que le entrega el Congreso del Estado –por lo que se le abrió una investigación- , deslindó al PAN de las presuntas amenazas que señaló el PRI.
“No por nada. Yo tomé está decisión en mi persona, nadie me ha dicho que ésto, ni nadie me ha amenazado de nada (sic)”, respondió chabacanamente Landeros ante cámaras y micrófonos al terminar la sesión.

La expectativa por saber cuál sería la versión de los diputados del PAN, específicamente en voz de su líder Éctor Jaime Ramírez Barba, se disolvió después de las 3 de la tarde. No dejó de sonreír ante las preguntas incómodas. Aunque su verbalización fue irónica. Es parte de su estilo. Es inteligente y tiene ‘colmillo’.
Le dio vueltas a responder sobre el ser acusado de ‘autoritario’. Habló de logros en materia legislativa en materia de fiscalización. Dijo que todos tienen derecho a expresarse. Explicó que el quórum existe con 19 diputados más 1, lo cual logró el PAN en está ocasión pese al abandono de los rebeldes a la sesión; no sin antes recordarles que les será rebajado el día de salario, porque así lo marca la ley.
Y apeló a la numeralia para argumentar su balance del tema: más del 95 % de poco más de 600 dictámenes del Congreso del Estado se han aprobado por unanimidad y mayoría. Aunque previamente cuestionado sobre esos datos, Santiago García había declarado que aprobaban las mayoría de las cosas por respeto a los guanajuatenses.
“No veo ningún hecho que sustente lo que ellos están diciendo (…) Aquí, lo que sí queda claro, y debo de reconocer, Bety (Manrique) se ha convertido en la coordinadora del PRI y del Verde. Es muy bueno. Por lo menos ya tenemos a una diputada con un grupo unido y, eso es bueno, es bueno para Guanajuato porque nos va a permitir parlamentar y trabajar más intensamente”, se desfogó finalmente de la emoción atravesada Ramírez Barba.
Después de está rebelión, el aire está caldeado en el Congreso del Estado. Es muy temprano saber si está crisis política tendrá consecuencias. Los diputados rebeldes dicen que no regresarán a las sesiones si antes no se ofrece solución a sus quejas, un diálogo y acuerdos serios. Meter en orden a los empleados y cesar a quienes sea necesario.
¿Encontró Éctor Jaime Ramírez Barba la ‘horma de su zapato’ en la figura de la diputada Beatriz Manrique Guevara? Es una pregunta a la que el tiempo y los argumentos darán respuesta.
- Fotos: Ruleta Rusa