Sobre el muro exterior de travertino romano —soslayando la oscuridad—, la descendente caricia del sol.

En el techo de la sala, como una constelación inmóvil de cristales y aluminio, la lámpara UMEI que te regalaste de cumpleaños. En la pared, recién colocado, junto al título de Doctora en Ciencias Financieras, tu Diploma de CEO Training. En la ventana, el Cerro del Gigante; el León sobre el Arco; la ciudad cobijada por el smog. Detrás de la puerta, como una piel abandonada en el perchero, tu abrigo Mango –mezcla de lana, cuello chimenea, bolsillos de ribete laterales–. Junto al sillón turquesa, un par de sillas Bertoia Diamond. Sobre la mesa de centro, de mármol negro, las llaves del Volvo.

En la segunda recamara, suspendido con una cuerda de nylon azul de 11mm, como un fantasma absorto, asegurado con un nudo corredizo, el cuerpo de tu hijo.

  • Ilustración: Dan Witz