Reuben Wu se vale de los nuevos artificios, entre los que están la luz láser o los drones, como herramientas para lograr paisajes intervenidos por estructuras que fluyen al ritmo de las olas o el titilar de las estrellas.

Wu (Reino Unido) es un paciente cazador de la luz, su espera es la del alma, sus imágenes un engarce de dos mundos: lo familiar y lo sobrenatural, donde el cielo es inmenso y nos recuerda nuestra diminuta presencia ante los astros, ante la respiración del paisaje.

“Las intervenciones lumínicas son efímeras, existen apenas unos minutos durante su creación, sin dejar huella permanente. Hay algo poderoso en preservar estos momentos fugaces en mi memoria, ya sea una cualidad lumínica particular o una forma geométrica que parece surgir en la oscuridad antes de desvanecerse”, ha dicho Reuben sobre esta serie.

Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la sonoridad retrofuturista de Av.i y la poesía contemporánea de León Plascencia Ñol.

Virus Killer

En este lugar del mundo, silencioso

como un estornino muerto por la bala

que disparó un niño en North Carolina,

mis pies descansan desnudos

sobre unas telas húmedas que contienen

unas láminas delgadas de metal: lanzan

a intervalos regulares pequeñas descargas

eléctricas. Mi cuerpo quiere limpiarse,

arrojar lo malo que contiene, su singularidad.

Me gusta la palabra “singularidad”,

su deslavada imagen, su desprendimiento.

Mi cuerpo es un refugio derruido, pero antes

pudo ser cualquier cosa. Aquí en esta isla,

en este lugar del mundo, nado en la orilla

izquierda de mis muertos.

Hay una forma de ignorancia en el dolor.

No hay pérdidas. Intento mantenerme

en forma de muchas maneras.

Nos acercamos peligrosamente a la quietud

del fuego que arde a un lado del teléfono.

Mi cuerpo se limpia. Es una maquinaria

que susurra de manera saludable.

No hay conclusión en ello.

León Plascencia Ñol