Sophie Thouvenin encuentra en los detalles un reflejo de la belleza que seduce por su poética de alegorías vitales.
Thouvenin (Francia) nos descubre un mundo de ensoñaciones donde el florecimiento de la vida se manifiesta en perlas de agua, polen, musgo, un estallido de colores en quimeras de la naturaleza.
“No transmito la poesía, la siento. ¿Quizás si realmente sentimos las cosas, las transmitimos? Esto puede parecer una pirueta, pero es cierto. Después, no puedo explicar qué hace que uno pueda comunicar lo que siente. Es una posibilidad, algo vago, y eso es bueno”, dice Thouvenin sobre el sentido de su obra.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la sonoridad etérea de Tomaso Albinoni y la poesía gravitante de Eugenio Montale.
El Vendaval
Les princes n’ ont point d’ yeux pour voir ces grand’ s merveilles,
Leurs mains ne servent plus qu’ à nous persécuter…
AGRIPPA D´AUBIGNÉ: À DIEU
El vendaval que rezuma sobre las hojas
duras de la magnolia los largos truenos
marzalinos y el granizo,
(los sonidos del cristal en tu nido
nocturno te sorprenden, del oro
que se ha apagado sobre los troncos, sobre el corte
de los libros encuadernados, quema todavía
un grano de azúcar en la cáscara
de tus párpados)
el relámpago que albea
árboles y muros y los sorprende en aquella
eternidad instantánea -mármol maná
y destrucción- que dentro te esculpe
puertos para tu condena y que te ata
más que a mí el amor, extraña hermana, –
y después la dura quiebra, los sistros, el temblor
de los tamborcillos sobre la fosa ladrona,
el zapateo del fandango, y arriba
cualquier gesto que confunde…
Como cuando
te volviste y con la mano, despejada
la frente de la nube de cabellos,
me saludaste – para entrar en la oscuridad.
Eugenio Montale
Traducción de Rafael Ávila Domínguez