El cambio climático ha traído consigo un nuevo peligro en la región del Ártico, según alerta en un estudio publicado por la plataforma científica IOP Science.
“El rápido calentamiento del Ártico amenaza con desestabilizar los depósitos de mercurio (Hg) contenidos en los suelos de las regiones de permafrost. Sin embargo, las estimaciones actuales de la cantidad de Hg en el permafrost varían aproximadamente 4 veces. Además, sigue sin conocerse bien cómo se liberará el Hg al medio ambiente a medida que se descongele el permafrost, a pesar de las amenazas a la calidad del agua, la salud humana y el medio ambiente. Aquí presentamos nuevas mediciones del contenido total de mercurio (THg) en el permafrost discontinuo de la cuenca del río Yukón en Alaska”, se expone en el artículo que apareció esta semana en IOP Science, en el apartado ‘Environmental Research Letters’.
El estudio fue títulado: Reservas de mercurio en el permafrost discontinuo y su movilización por la migración fluvial en la cuenca del río Yukón, y lo firma el equipo conformado por M. Isabel Smith, Yutian Ke, Emily C Geyman, Jocelyn N Reahl, Madison M Douglas, Emily A Seelen, John S Magyar, Kieran BJ Dunne, Edda A Mutter y Woodward W Fischer.
El permafrost ártico ha acumulado durante miles de años mercurio, pero el derretimiento del hielo provocado por el cambio climático podría liberar grandes cantidades de este metal pesado, amenazando el medioambiente, alertan los científicos

El equipo de científicos estadounidenses asegura que el calentamiento global está afectado cuatro veces más al Ártico, que se sigue derritiendo.
“Podría haber una bomba gigante de mercurio en el Ártico a punto de explotar”, expuso Johs West, uno de los coautores del estudio, a través de un comunicado de la Universidad de California del Sur.
El río Yukón, que nace en Canadá, cruza por gran parte de Alaska y desemboca en el mar de Bering. Su actual arrastre por el deshielo está provocando un mayor desgaste del permafrost y con ello produciendo la liberación del mercurio.
Aunque el equipo científico matiza en su estudio que si bien la liberación del mercurio es grave, no significa un peligro para el mundo pero sí para el agua potable que va a contaminarse más, afectando además la flora y fauna, y más tarde que temprano a los humanos.
“Décadas de exposición, especialmente con niveles crecientes a medida que se libera más mercurio, podrían tener un enorme impacto en el medioambiente y en la salud de quienes viven en estas zonas”, aseguró M. Isbael Smith, líder del estudio, como resumen.
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