Aji Susanto reclama de lo cotidiano las sombras y el misterio, las preguntas que no tienen respuesta. Esa interrogante que se prolonga intermitente, como vuelo de pájaro en la noche.
Susanto (Indonesia 1989) ejercita una especie de placer soterrado por lo que ocurre detrás del espejo. Entre los destellos que arroja la oscuridad subyace una vida paralela, la sensación desconocida que produce el tener conciencia de existir. Degustar los instantes irrepetibles, ese veneno mundano.
“Cada vez, se siente como soñar. Todo lo que sucede es tan fragmentario y disperso. Aquí, estoy tratando de recordar esas imágenes dispersas que configuro en un diario visual”, ha dicho Susanto sobre su obra intrigante.
*Ruleta Rusa te sugiere escuchar la música mesmerista de Martin Kohlstedt y leer la etérea poesía de Ida Vitale, ganadora del Premio Cervantes 2018
Cuadro
Construimos el orden de la mesa,
el follaje de la ilusión,
un festín de luces y sombras,
la apariencia del viaje en la inmovilidad.
Tensamos un blanco campo
para que en él esplendan
las reverberaciones del pensamiento
en torno del icono naciente.
Luego soltamos nuestros perros,
azuzamos la cacería,
la imagen serenísima, virtual,
cae desgarrada.
Ida Vitale