El Museo del Prado de Madrid presentó ayer una pintura Caravaggio, maestro del periodo barroco italiano, que se exhibirá al público por primera vez después de estar perdida por más de 100 años.
El cuadro ‘Ecce Homo’ (He aquí el hombre) se registraba como perdido desde el siglo XIX, hasta su aparición hace tres años en un remate en España. Se le atribuía al pintor español José de Ribera y resultó ser el Caravaggio perdido.
“Gracias a la generosidad de su nuevo propietario, que ha cedido en préstamo durante nueve meses la obra, ‘Ecce Homo’ de Caravaggio permanecerá expuesta en el Museo Nacional del Prado en una instalación individual especial en la sala 8 A del edificio Villanueva desde el 28 de mayo.
“La obra, pintada por el gran artista italiano hacia 1605-09 y que formó parte de la colección privada de Felipe IV de España, es una de las, aproximadamente, únicas 60 obras conocidas de Caravaggio que existen, lo que confiere a la misma un valor extraordinario”, publica hoy el Museo del Prado en su página web.
Caravaggio, quien tuvo una vida turbulenta y corta, nació en 1571 en Milán y murió en 1610 en Porto Ercole, Italia; se le considera un maestro del claroscuro y artífice del ‘tenebrismo’ que influenció a grandes de la pintura universal como Rubens, Rembrandt y Velázquez.
“Ahora podemos disfrutar plenamente de todos los matices, de todas las sutilezas, de la enorme belleza que Caravaggio expresa a través de su versión del Ecce Homo”, declaró David García Cueto, jefe del departamento de pintura italiana y francesa anterior a 1800 del Museo del Prado de Madrid, en conferencia de prensa, según registra la agencia Reuters.
La exhibición del Caravaggio perdido estará vigente hasta octubre de este año. Aunque el Miuseo del Prado anticipó que podría ser permanente, pues el actual propietario del cuadro desea que así sea

Sobre la obra general de Caravaggio se han escrito muchas cosas, como este pasaje de Giovanni Pietro Bellori, considerado el biógrafo más importante del periodo barroco en Italia durante el siglo XVII.
“Los pintores romanos de la época fueron sorprendidos grandemente por estas pinturas, principalmente los jóvenes. Estos se reunieron en un círculo en torno al pintor, aclamándole como el mejor artista de la naturaleza y considerando su obra como un milagro», escribipo Bellori, en su libro ‘El paisaje continua’.
La belleza del cuadro ‘Ecce Homo’, es descrita por el Museo del Prado de esta manera:
“La figura más cercana al espectador, que se inclina sobre el parapeto delantero, es Pilatos. Involucrando directamente tanto a la implícita multitud como al espectador, parece abrumado por la indecisión. Sin encontrar pruebas de los cargos contra Jesús, el gobernador romano pone su destino en manos de la multitud, que lo condena a morir con gritos que piden su crucifixión.
“Con la iluminación contrastada característica del estilo de Caravaggio, Cristo ocupa el centro de la composición. Las vívidas gotas de sangre replican el carmín del manto que el soldado a su izquierda le coloca sobre los hombros, contrastando con su carne pálida. Doliente y resignado, Cristo queda en el centro de este grupo compacto, ocupando el plano en una línea diagonal replicada por el cetro de caña. El soldado surge detrás de Cristo con la boca abierta, quizá gritando a la multitud, subrayando el sentido dramático y vacilante del momento.
“Los vivos toques blancos de sus ojos expresan emociones turbulentas, aunque no resulta claro si de odio, pánico o lástima. Los tres personajes remiten a modelos empleados por Caravaggio en algunos cuadros pintados previamente, y sus gestos dramáticos son característicos del estilo de narración pictórica del artista”.
- Fotos: Museo del Prado