El ataque de una refinería en Arabia Saudita el pasado fin de semana, ha hecho saltar la alarma internacional ante el anuncio del presidente de Estados Unidos Donald Trump de que está listo para disparar.

El ataque de 10 drones con explosivos a las refinerías de Abqaiq y Khurais es atribuída a Irán, por Arabia Saudita y su aliado Estados Unidos. No les convence la versión del grupo militar Huthi, de Yemen, que se atribuye el ataque. El precio del petróleo se eleva por las nubes y huele a guerra.

Las primeras investigaciones indican que las armas utilizadas eran iraníes (…) El ataque terrorista no se originó en Yemen como ha afirmado la milicia Huthi”, declaró este lunes el coronel Turki al Malki, portavoz de la coalición árabe que, bajo la dirección de Arabia Saudí, combate a los rebeldes yemeníes, da a conocer el diario El País.

Tras los ataques, Trump se reunió con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, para mostrar su respaldo a Arabia Saudita. Y amenazó con responder, en cualquier momento, con una ofensiva militar contra Irán.

La zona del estrecho de Ormuz –en la parte baja del Golfo Pérsico- ha sido motivo de tensiones militares desde hace meses tras una serie de ataques a buques petroleros; acciones que se atribuyen a Irán

Aspecto de una de las refinerías de Arabia Saudita, ardiendo tras los ataques del fin de semana con drones.

El conflicto entre Estados Unidos e Irán es añejo, data desde los años 70 -luego que la CIA intervino para provocar un golpe de Estado en 1953; y su posterior rechazo a la revolución del Ayatollah Jomeini-, y se ha incrementado por las presiones y castigos comerciales de Washington al régimen de Teherán para que abandone su programa nuclear. No ha servido de nada, pues el régimen iraní está empeñado en tener armas nucleares y también amenaza con responder a Estados Unidos si es atacado.

Las amenazas de guerra contra Irán, por parte de Estados Unidos, comenzaron desde el pasado mes de mayo.

Si Irán quiere luchar, ese será el final oficial de Irán. ¡Nunca vuelvan a amenazar a Estados Unidos!“, tuiteó Trump el pasado 19 de mayo tras  la caída de un cohete en la Zona Verde de Bagdad, Irak donde se encuentra la Embajada estadounidense. Hecho que fue más bien visto como un pretexto para seguir presionando al régimen de Teherán con el fin de que abandone su programa nuclear.

En junio dos barcos petroleros fueron hundidos en el Golfo de Omán, mientras el primer ministro japonés Shinzo Abe negociaba con el régimen de Teherán hacer la paz con Estados Unidos.

Ataques que han sido persistentes a diversos buques, lo que ha derivado en las nuevas amenazas.

La ofensiva redujo el suministro de petróleo crudo de la compañía en alrededor de 5.7 millones de barriles —el 5 % del suministro global—por día, lo que supone alrededor del 50 % de su producción. Y eso desencadenó pánico elevando hasta un 15 % el precio del petróleo y se estima que pueda seguir subiendo.

La televisión estatal iraní, condenó los señalamientos pronunciados por el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo que acusa a Irán como responsable de los ataques con drones, como “inaceptables” y “sin fundamento“, destaca Russia Today.

Apenas la semana anterior Estados Unidos había abierto las puertas a una negociación con Irán para eliminar algunas de las sanciones económicas a cambio de disuadirlos sobre no continuar con el programa de armas nucleares.

Hoy la guerra parece inevitable.