La Unión Europea podría experimentar una crisis energética antes del invierno ante el corte del 60 por ciento del suministro de gas, por la compañía Gazprom, proveniente de Rusia.
Alemania, Austria, Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Francia, Finlandia, Italia, Países Bajos, República Checa y Polonia están sufriendo las consecuencias del cierre de la llave del gas desde Rusia. Ante la crisis energética, Alemania ha decidido volver a utilizar el carbón.
El envío de gas natural a la Unión Europea se realiza a través del gasoducto Nord Stream 1 que atraviesa el Mar Báltico; tras invadir Ucrania, Rusia fue sancionada con la cancelación de un segundo gasoducto. Y ahora ha estallado la crisis.
La Unión Europea compra a Rusia 20 millones de dólares diarios por carbón, además de pagar 850 millones de dólares al día por petróleo y gas natural

En Alemania, uno de los países afectados -importa de Rusia el 35 por ciento del gas natural que se consume en el país-, ya se ha vuelto al uso emergente el carbón como combustible principal a fin de evitar un colapso de la industria.
“La decisión (de Rusia) también ha acercado el fantasma de un corte total del gas, lo que haría imposible que Europa consiga todo el combustible que necesita para el invierno. El gas natural se utiliza en varias industrias que requieren mucha energía, como fabricantes de cristal y acero, que ya enfrentan costes más altos y están reduciendo su consumo, lo que contribuye a desacelerar la economía europea”, expone la agencia AP en un reportaje sobre la crisis energética.
La Comisión Europea prevé que sus reservas de gas almacenado alcancen el 80 por ciento al 1 de noviembre -hoy están al 57 por ciento-, para evitar que en el invierno próximo se genere una crisis mayor ante la escasez que ya amenaza con paralizar la industria y la economía.
Como medida de presión a Rusia por invadir Ucrania, los 27 países de la Unión Europea acordaron que a partir de agosto no comprarán más carbón, y a finales de año no más petróleo ruso. Aunque el miedo a quedarse a oscuras o sin calefacción ya ronda por los 27 países miembros.
Apenas en abril pasado Alfred Kammer, efe del departamento de ese continente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya anticipaba la catástrofe: sin gas ruso, Europa apenas podría sobrevivir seis meses.
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