El 15 de abril de 1957, a los 39 años de edad, Pedro Infante alcanzó la inmortalidad. El avión B-24 Liberator donde viajaba, de Mérida a la Ciudad de México, se desplomó. México nunca ha llorado tanto a un ídolo como él.
Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Pedro Infante, el mito vivo. Y los festejos no cesan para recordar a esta leyenda del cine mexicano que dejó un legado de 366 canciones, 61 películas y una muestra de sencillez y humildad pocas veces vista en un artista de su magnitud.
Pedro Infante nació en Mazatlán, pero se crío en Guamúchil, Sinaloa, pueblo que ha organizado cinco días de festejos y la inauguración del museo más grande para el ídolo popular más amado en México
Las celebraciones en el país contemplan un ciclo de cine que organiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en el metro de Bellas Artes una muestra de 50 fotografías que reflejan momentos de su vida y las películas que lo encumbraron. Además de una misa en la Basílica de Guadalupe. En Nueva York el actor mexicano Bruno Bichir debuta en Broadway con un homenaje musical a Infante.
El carisma y la sencillez de este cantante-actor de la Época de Oro del Cine Mexicano, puede resumirse con la anécdota que refleja la agencia EFE en un artículo que habla de la vida, obra y legado de Infante.
“Un día Pedro Infante entró a un restaurante y antes de pedir se metió en la cocina para lavar trastes; solo cuando acabó, le dijo al dueño: ‘Toño, ya cumplí, ya me puedes servir’ ”.
Su filmografía es también motivo de culto por películas como Nosotros los pobres, Pepe El Toro, Los tres García, ¡A toda máquina! y Tizoc; mexicanos de varias generaciones han llorado, reído y cantado con Amorcito corazón, Carta a Eufemia, No volveré, Fallaste corazón o Bésame mucho.
Pedro Infante no ha muerto. Es el vox populli en todo México que hoy se llena de orgullo al celebrar el centenario del natalicio de su ídolo inmortal.
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