La ONU advirtió hoy que si se concreta la suspensión del apoyo financiero al programa para prevenir y tratar el SIDA, anunciada por Estados Unidos en enero, habrá al menos 6 millones de nuevos contagios y 4 millones de muertos para el año 2030.
Según ONUSIDA, desde el inicio de la epidemia -en 1981-, alrededor de 88.4 millones de personas han contraído la infección del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida) y 42.3 millones han muerto por causa de enfermedades relacionadas con el SIDA. En 2025 hay más de 40 millones de personas infectadas con VIH.
Desde Johanesburgo, en Sudáfrica -uno de los países más afectados por el VIH-, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) publicó un informe que alerta sobre el caos sanitario que se avecina tras suspenderse el financiamiento al Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), que contemplaba unos 4 mil 300 millones dólares para este año.
“Estos servicios se detuvieron de la noche a la mañana cuando el Gobierno estadounidense cambió sus estrategias de asistencia exterior”, se menciona en el informe, ‘Sida, crisis y el poder para transformar’, según registra la agencia AFP.
El informe señala que la suspensión de financiamiento ha desestabilizado las cadenas de suministros y ya provocó el cierre de centros de salud, dejando a miles de clínicas sin personal, retrasó programas de prevención, interrumpió la detección temprana del VIH (y obligó a múltiples organizaciones comunitarias a reducir o cesar sus actividades.
El 24 de enero de 2025, el Departamento de Estado de Estados Unidos -por indicaciones del presidente Donald Trump- emitió una orden ejecutiva para congelar todos los programas de ayuda exterior durante 90 días; al 10 de julio la suspensión sigue vigente
Al menos 220 mil pacientes de todo el mundo, infectados por el VIH, visitan diariamente la red de clínicas apoyadas por PEPFAR y 20 millones personas dependen de los medicamentos que ahí se les proporcionan gratuitamente, según la cifras de amfAR, (Fundación para la Investigación del SIDA)

ONUSIDA ha informado que los fondos para programas de VIH se han reducido desde 2002, pasando de 5% de 2022 a 2023, y en un 7.9% de 2020 a 2023.
“Esta financiación está muy por debajo de los 29 mil 300 millones de dólares que se necesitan para la respuesta al SIDA en los países de ingresos bajos y medios, incluidos los que antes se clasificaban como países de ingresos altos, para 2025”, expone el organismo en su página web.
El VIH está presente en los fluidos corporales de una persona que ha contraído la infección (sangre, semen, fluidos vaginales o leche materna). Se puede transmitir a través de relaciones sexuales sin protección y también se propaga entre las personas que consumen drogas intravenosas con jeringuillas no esterilizadas, así como por medio de productos sanguíneos no controlados. Las madres pueden transmitirlo a sus hijos durante el embarazo, el parto o el amamantamiento si estas son seropositivas.
“Los devastadores impactos identificados en nuestro estudio exigen la rápida y completa reinstauración de PEPFAR, uno de los programas de salud más exitosos en la historia de la salud pública. En segundo lugar, las alianzas globales deben movilizarse rápidamente para desarrollar e implementar estrategias de mitigación que permitan prepararse para una retirada parcial o total de Estados Unidos de la respuesta global al VIH.
“En tercer lugar, los programas locales de investigación e implementación deben proporcionar evidencia empírica mediante la medición de los incumplimientos de tratamiento y las muertes por VIH en los próximos meses y años, y deben trabajar en la implementación de innovaciones en los programas de tratamiento del VIH que puedan mitigar futuras reducciones de financiación a largo plazo”, ya alertaban en mayo, en un informe médico publicado en la influyente revista The Lancet, los investigadores Jan A.C. Hontelez, Hannah Goymann, Yemane Berhane, Parinita Bhattacharjee, Jacob Bor, y Sungai T. Chabata.
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