La fuerza represora de Daniel Ortega alcanza ya a la población más vulnerable. En la última jornada de protestas ciudadanas las fuerzas gubernamentales mataron a ocho personas y un bebé de 15 meses.

Las protestas en Nicaragua no cesan para exigir la salida de Daniel Ortega, quien inicialmente ordenó reformas legales afectando la seguridad social y ahora ha emprendido una matanza sistemática de nicaragüenses opositores a su régimen.

El fin de semana fuerzas policiales, parapoliciales y paramilitares encapuchados incursionaron en unos seis barrios del oriente de Managua y en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) -suroeste-, donde decenas de estudiantes están atrincherados, reporta la AFP.

Siete personas –incluido un bebé- murieron a tiros a manos de la policía en Managua y una persona más fue ultimada en Masaya

La policía disparó. Nadie me contó yo lo ví, eran policías y nos comenzaron a disparar (…) Espero justicia“, declaró a la madre del bebé, Karina Navarrete. En contraparte la policía acusa a ‘grupos de delincuentes’ del crimen.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) ha confirmado las nuevas muertes a manos de las fuerzas de seguridad. Pese a las protestas generales en el país, los señalamientos internacionales, y  dos meses de represión sistemática contra la población que protesta han dejado poco más de 200 muertos, Ortega sigue afianzado en el poder.

Nos están tirando a matar. Al pueblo lo están masacrando, a los jóvenes. Estamos siendo asediados. Es una guerra muy desigual“, dijo una joven en la UNAN.

Una comisión de la CIDH llegará el domingo y el martes otra de la ONU. En tanto el sociólogo Oscar René Vargas ha considerado que lo ocurrido este sábado como una reacción al informe que dio el viernes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Consejo Permanente de la OEA, que consigna 212 muertos, 1 mil 300 heridos y más de 500 detenidos en los dos meses de violencia.