Los primeros dos años al frente del gobierno de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue sin concretar cambios sustantivos, algo que incluso su propia gente no alcanza a ver aún.
A dos años de mandato, los cambios de la autodenominada Cuarta Transformación aún no se ven. Algo que sus propios correligionarios, como Porfirio Muñoz Ledo, observan. López Obrador sigue empecinado en actuar como candidato, no como jefe del Ejecutivo.
“La gente de abajo, que tiene muy buena voluntad y mucha fe, sigue creyendo en la Cuarta Transformación, pero ésta simplemente no se ve”, declaró Muñoz Ledo este fin de semana durante una entrevista al Semanario Proceso.
Para Muñoz Ledo aún hay decisiones “arbitrarias” en las que se olvida la razón y se impone la voluntad, como en la desaparición de 109 fideicomisos, por ejemplo, además de que debe respetarse a la disidencia pues no debe haber un pensamiento único en el partido que gobierna hoy con mayoría en México.
Con una crisis económica y sanitaria sin precedentes, con un aumento en la violencia provocada por el narco, y una constante riña contra la prensa, López Obrador sin embargo sostiene niveles de aprobación a su mandado por encima del 60 %, frente a una oposición disminuida y desarticulada

En dos años de gobierno se han concretado algunos cambios en favor de los más desprotegidos, al ampliarse la base de apoyos sociales a los adultos mayores y estudiantes, además de concretarse un aumento histórico en el salario mínimo para los obreros.
Aunque el estilo de confrontación de López Obrador sostiene frentes abiertos con el sector empresarial -al que se ha negado a dar apoyos o estímulos fiscales durante la pandemia, pese a la quiebra de muchas microempresas-, y una política de incertidumbre que ha frenado la inversión nacional y extranjera.
“En tiempos de pandemia y con los comicios intermedios de junio en el horizonte, López Obrador ha redoblado su apuesta ideológica dura: mando personal, señalamiento de enemigos —empresarios, oposición, prensa— y una particular heterodoxia económica basada en el control a rajatabla del gasto público y la salvación de las antiguas empresas estatales”, describe el diario El País, en un artículo este domingo, sobre el modelo de gobierno actual en México.
En materia de inversión pública, López Obrador ha sostenido contra todo pronóstico la inversión multimillonaria -sin efectos y a fondo perdido- a Pemex, y empuja megaobras polémicas como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe ángeles.
Para Marko Cortés Mendoza, líder nacional del PAN, López Obrador ha incumplido con su promesa de pacificar al país, además de dejar en caída libre a la economía, la salud y la estabilidad de las instituciones.
“Estamos padeciendo las consecuencias de un Gobierno incompetente y autoritario, que ha empeorado las condiciones de vida de las y los mexicanos. Llegamos a dos años de desgobierno donde el desastre es colosal y los retrocesos no tienen precedentes. Tan es así que México se encuentra inmerso, simultáneamente, en varias crisis: económica, de salud, seguridad y social”, declaró este domingo Cortés, quien augura que el año próximo habrán más pobres y más problemas para México.
- Intervención fotográfica: Ruleta Rusa
- Foto: Especial