El principal escenario de los atentados de París del 13-N de 2015 reabrió sus puertas con un emotivo concierto de Sting. Prohibieron la entrada al grupo que vivió la masacre                                                                                        

Fea e innecesaria polémica en un día histórico para París: el regreso a la vida de la sala de espectáculos Bataclan, en la que 89 personas fueron asesinadas por los terroristas mientras disfrutaban de un concierto de la banda Eagles of Death Metal. La negativa de la organización a dejar entrar al evento precisamente a Jesse Hughes, líder del grupo que ocupaba el escenario aquella fatídica noche, desató un cruce de declaraciones que empañaron la sentida y emotiva actuación de Sting, que devolvió la música a la sala con un minuto de silencio.

El codirector de la sala Bataclan, Jules Frutos, fue muy claro con los medios cuando le preguntaton por el incidente: “Ellos vinieron, los eché fuera. Son cosas que no puedes olvidar. Hughes hace estas increíblemente falsas declaraciones cada dos meses. Es una locura, acusar a nuestra seguridad de ser cómplices con los terroristas… Suficiente. Basta. Esto tiene que acabar”.  La tensa relación entre los propietarios de Bataclan y Jesse Hughes tiene su origen en unas declaraciones en las que el líder de Eagles of Death Metal insinuaba que hubo guardias de seguridad de la sala que no se presentaron a trabajar porque sabían que algo iba a pasar.

Emoción, miedo y esperanza en un concierto de gran valor psicológico para la recuperación de una ciudad como París,  golpeada como pocas por la violencia y la barbarie. El evento, que se desarrolló entre fuertes medidas de seguridad, vivió momentos mágicos recogidos en el video que acompaña esta noticia.