La primera vez que salieron a las calles fue apenas anunciado el triunfo electoral de Trump, pero nadie vislumbraba que esa fuerza sería decisiva hoy, a un día del proceso electoral legislativo en Estados Unidos.

Las marchas multitudinarias de mujeres, que demostraron su fuerza el pasado 21 de enero en grandes ciudades como Los Ángeles, New York, Chicago o Washington, han dado pasado a la llamada ‘ola rosa’, un movimiento feminista que amenaza con ahogar el autoritarismo de Trump en este proceso electoral en puerta.

Las llamadas elecciones intermedias en Estados Unidos, para renovar escaños en el Senado y la Cámara de Representantes, se realizan este 6 de noviembre y serán decisivas para marcar el rumbo político de este país. Trump actualmente cuenta con el respaldo mayoritario en ambas cámaras dominadas por el Partido Republicano.

Desde su primera manifestación los grupos de mujeres inconformes con la política “machista” de Trump han exigido igualdad, respeto a los derechos y paridad para competir en política.

Mujeres ajenas a la política tradicional, inmigrantes, profesionistas o jóvenes activistas son ahora el terror de Trump, al ser candidatas al Senado o la Cámara de Representantes

Las marchas multitudinarias de la ‘ola rosa’ han sacudido a las grandes ciudades de Estados Unidos.

Hoy, según dan cuenta medios internacionales como la DW, 257 mujeres estarán este 6 de noviembre en las boletas de votación para el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Todo un récord. De ellas, sólo 59 son republicanas, en comparación con las 198 demócratas.

Las mujeres y hombres que apoyan la llamada ‘ola rosa’ utilizan gorros y sombreros de color rosa para manifestarse en contra de Trump y su política.

En Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, una latina de 28 años, busca un escaño en el Congreso.  Desde Chicago, Rashida Tlaib, podría ser la primera mujer musulmana legisladora o Ilhan Omar, de Minnesota –quien llegó siendo una niña refugiada somalí-.

Jahana Hayes, una maestra afroamericana de Connecticut ilustra perfectamente este auge del movimiento femenino de la ‘ola rosa’, apoyado por el Partido Demócrata, para hacer frente a Trump.

Mis alumnos se sentaron frente a mí, los miré y me pregunté: ‘¿quién va a defenderlos?’ Y pensé: ‘yo’. Así que decidí postularme para el Congreso”.

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