Los abusos infantiles a manos de sacerdotes católicos no cesan. Ayer se dio a conocer que al menos 547 niños del coro de la catedral de Ratisbona, en el sur de Alemania, fueron víctimas de abusos físicos y sexuales entre 1945 y principios de los años 90.

El 9 de marzo de 2010, el famoso director y compositor alemán Franz Wittenbrink reveló el infierno al que eran sometidos los integrantes del coro.

En las giras éramos estrellas pero cuando regresábamos al internado nos adentrábamos en un siniestro mundo de la Edad Media”, expuso ese día Wittenbrink en el programa de televisión Menschen bei Maischberger, ocasionando una conmoción nacional.

El informe final de la investigación sobre este escándalo sexual donde está implicado Georg Ratzinger, hermano del Papa Benedicto XVI, y director del coro desde hace 30 años, ha conmovido nuevamente por su crudeza.

“Los afectados describieron sus años escolares como una prisión, como un infierno y como un campo de concentración. Muchos se referían a esos años como la peor época de su vida, caracterizada por el miedo, la violencia y el desamparo”, ha señalado el abogado Ulrich Weber, quien lleva la defensa de los afectados.

Georg Ratzinger y su hermano el Papa Benedicto XVI.

En 2015 la Iglesia Católica reconoció apenas a 72 víctimas. El informe final revela que fueron 547, aunque sólo 67 fueron abusados sexualmente. Muchos de los delitos que se cometieron contra los menores –que ahora son adultos-, han prescrito por el tiempo, pese a ello la Iglesia indemnizará hasta con 23 mil dólares –poco más de 400 mil pesos- a cada afectado.

En el informe se revelan los casos de niños que recibieron caricias y tocamientos, hasta violaciones, especialmente en la década de los 70. Además de todos los castigos físicos aplicados con palizas sistemáticas y la negativa de alimentos.

Si hubiera conocido los excesos de violencia que se estaban utilizando, habría hecho algo (…) Pido perdón a las víctimas. Al principio, yo también daba bofetadas, pero siempre tuve mala conciencia“, dijo Georg Ratzinger en una entrevista concedida en 2010 a la prensa alemana.

  • Intervención fotográfica: Ruleta Rusa