Con una economía varada, que representa un 0 por ciento de crecimiento durante 2019, México ‘resucita’ con la firma del TMEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá).
El acuerdo comercial del TMEC, que sustituye al TLC (Tratado de Libre Comercio), hace que México se alce con un pacto de confianza para remontar la turbulencia global de la recesión que se asoma. AMLO y Trump sellan una alianza que deberá ser ratificada antes del 20 de diciembre.
México ha cedido en gran parte a las peticiones de Estados Unidos y eso le significa a Trump, ‘acorralado’ por el juicio político en su contra por el Caso Ucrania, una victoria sobre los demócratas en vísperas de la elección de 2020 donde pretende reelegirse.
“Hemos conseguido el mejor acuerdo comercial de la historia”, ha presumido Robert Lighthize, representante de Comercio de Estados Unidos, en la firma del adendum, según reporta el diario El País.
El nuevo T-MEC aborda nuevas reglas para la regulación del comercio electrónico, la propiedad intelectual y los servicios financieros. Otros apartados más ásperos fueron limados al reclamar México la compra del 70 % del acero a Estados Unidos, a partir de 2020, y el rechazo a ser ‘regulado’, en su política laboral interna por organismos norteamericanos.
El tipo de cambio registró un pequeño avance tras la noticia, al colocarse en 19.20 pesos por dólar tras el anuncio de la firma del TMEC; analistas financieros especulan que el tipo de cambio podría cotizarse en breve en 18 peso por dólar, según reportan diversos diarios especializados en economía.
Las acciones del gobierno mexicano, que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, al anunciar un plan de infraestructura -con el apoyo de la iniciativa privada- para los próximos cinco años por 42 mil millones de dólares, otorgan a México un ‘salvadidas’.
AMLO ha ofrecido amentar el salario mínimo un 2 % cada año. En 2019 hizo una pequeña hazaña, con miras al TMEC, al aumentar el salario mínimo hasta un
Canadá, el socio relegado en este juego de geopolítica, exigió en agosto de 2017, que para firmar México debía de aumentar al menos a 4 dólares la hora de trabajo, en un momento en que se pagaba a 0.90 centavos de dólar por hora; un reclamo abierto ante la operación de empresas canadienses o norteamericanas en un país, socio del TLC, con mano de obra más barata.
México aceptó el 70 % de los pedimientos de Estados Unidos para regular la producción automotriz, que tendrá una revisión cada siete años en los componentes que tengan que ver con el acero, y cada diez años con respecto a los que sean de aluminio.
Los empresarios mexicanos han manifestado su descontento. Nadie les ha informado de los acuerdos del TMEC. La Coparmex acusa “una mala negociación”. Y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) anticipa, a través de un comunicado, que revisará todos los detalles del acuerdo para evaluar “sus implicaciones para el sector productivo del país”.
“Cada quien puede decir lo que guste para su público político”, resumió Jesús Seade, subsecretario para América del Norte y uno de los actores principales en el acuerdo del TMEC, sobre este momento histórico.