En primera instancia resulta poco creíble que uno o varios corridos sirvan para capturar delincuentes. Conspiranoico y retorcido, diría más de uno.
Si lo pensamos con calma y apelando al pensamiento crítico, por supuesto que un corrido puede servir como fuente de investigación criminal. No me consta, pero supongo que las autoridades de México y de los Estados Unidos cuentan con especialistas en la materia. Absolutamente, los corridos pueden brindar pistas para capturar a narcotraficantes. Las historias que glorifican a los hombres fuera de la ley también pueden jugar en su contra. La vida social de muchos delincuentes mexicanos está en eso que llamamos corrido, aunque las formas de articular narrativas poco tengan que ver con el género revolucionario de principios del XX.
Que existen corridos que, probablemente, fueron usados por las autoridades estadounidenses y mexicanas en la captura del Piyi, desde luego que sí. Que fue gracias al corrido de Peso Pluma conocido como La People II que la DEA, la Marina y el Ejército mexicano capturaron al integrante del Cartel de Sinaloa, por supuesto que no. Tal afirmación responde más a intereses mercantiles del momento. Dicho planteamiento fue creado por la industria del entretenimiento; las razones son comerciales. El afirmar que los corridos de Peso Pluma sirvieron para capturar al Piyi es promoción a Hassan Laija y a los corridos tumbados. Como si la historia y la trascendencia social del corrido mexicano, hubiera comenzado con los tumbados. ¡Por Dios! Tal aseveración es replicada por iletrados en la materia corridística.
Mi consejo es que consulten con los especialistas en el corrido mexicano. Aunque parezcan sencillos y simples, los temas de cultura popular son complejos y requieren del análisis de verdaderos especialistas. La inmensidad de los medios mexicanos sólo replica notas superficiales e incurren en omisiones y falacias. Si es estridente y vende, lo retoman, no importa que lo que afirmen carezca de sustento.
No discuto la pertinencia y la validez de los estudios culturales, sino las aseveraciones fáciles emanadas de las industrias culturales globales. Suena bien que gracias a un corrido de Peso Pluma capturaron a un personaje al margen de la ley, pero está más cerca de la fantasía y se adhiere a la promoción de un producto de consumo masivo como los corridos tumbados. No deja de sorprenderme la facilidad y la irresponsabilidad con la que decenas de espacios noticiosos replican falacias que venden. ¿Acaso no se dan cuenta que la noticia es para promocionar la carrera musical de un cantante de moda?, ¿En dónde quedó el periodismo?
Lo que da a entender la noticia difundida en días recientes sobre la relación de los corridos de Hassan Laija y la captura del Piyi es que las autoridades estaban cruzadas de brazos hasta que de pronto apareció el corrido de Peso Pluma y boom, todo se iluminó. Está bien que los corridos pueden ser una fuente de investigación, pero esa realidad no implica que el trabajo de las autoridades federales dependa de la música que producen los intérpretes de corridos tumbados. Suena ridículo y es una falta de respeto al trabajo de las autoridades mexicanas y estadounidenses.
Es muy posible que los corridos apuntalaran las investigaciones de la DEA y de la Marina mexicana, pero no los de Peso Pluma, sino los grabados por agrupaciones norteñas de estilo clásico como Los Canelos Juniors. Es decir que, fueron los narcocorridos y no los corridos tumbados los facilitadores culturales en la captura del personaje en cuestión. La mayoría de los periodistas y los comunicadores echan en el mismo saco a los corridos tumbados y a los narcocorridos. No son lo mismo. Insisto, por eso es fundamental acercarse con los especialistas en la materia.
Hace días leí una referencia en un artículo del diario El País sobre Natanael Cano en la que se afirma que No volveré es de Antonio Aguilar. Nada que ver. Esta canción forma parte del cancionero tradicional mexicano y fue grabada por Miguel Aceves Mejía, antes que hiciera lo propio don Antonio Aguilar. Y es que, muchos periodistas y comunicadores, así como público en general, piensan que cualquiera está facultado para opinar sobre cultura popular. No. Esto no es así. La cultura popular merece y necesita ser tratada con seriedad y con profesionalismo.
Justamente, lo que demuestra la noticia de la supuesta injerencia de los corridos tumbados en la captura del Piyi, es la trascendencia histórica y social de la cultura popular, y del corrido mexicano, en particular. La discusión que debe abordarse en el espacio público es la necesidad de hablar con propiedad y profundidad sobre temas de cultura popular. La noticia en sí misma, demuestra que la historia, las ciencias sociales y lo popular importan mucho. Pugnemos por la especialización.
México está repleto de ciudadanos que gustan de afirmar que las ciencias sociales y las humanidades carecen de valor. Ya ven que no. Resulta que los corridos mexicanos pueden servir como fuentes de investigación criminal en México y en los EE. UU. Así de importante es la cultura popular; así de relevante es el corrido mexicano. Abordemos con seriedad a la cultura popular y al corrido mexicano.
Quizás el aprendizaje que deben asimilar los personajes de los grupos al margen de la ley es que, figurar en corridos puede resultar negativo. Si acaso se corrobora la hipótesis de que los corridos sirven para capturar personas, lo deseable es abstenerse de mandar componer y grabar corridos que terminen jugándoles en contra. A partir de esta coyuntura histórica, evitar figurar en corridos debería ser una regla al interior de estas sociedades secretas. Aparecer en corridos te vulnera, te convierte en blanco. El bajo perfil debería incluir el no aparecer en corridos tumbados ni en narcocorridos. Aunque la ignorancia nos haga pensar que sólo existen corridos tumbados, en realidad siguen existiendo compositores y grupos norteños de narcocorridos. No todos los corridos son tumbados-urbanos.
¿Quién diría que el corrido terminaría convirtiéndose en un asunto de seguridad nacional? Vaya giro histórico que vive la cultura popular mexicana. La historia continúa escribiéndose. La historia es la maestra de la vida y el corrido un espacio para la contrahistoria, la reflexión y la revolución de las conciencias. ¡Cuánta razón tuvo López Obrador en incluir a lo popular en la Nueva Escuela Mexicana!
- Ilustración: Especial