Más que simpatizantes, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador son evangelizados asimilando las enseñanzas de su pastor; entendido éste desde las innumerables religiones –sectas, en realidad- a la carta que han surgido en los últimos años, a nivel mundial.

Los colectivos de fanáticos que aplauden, desaforadamente, al Presidente de México, son ingenuos cegados por su pasión. Ven en López Obrador a un fundamentalista religioso que los guía al paraíso, luego de transitar por el desierto. La relación que guardan los simpatizantes de López con su pastor, es, a todas luces, anormal. Tan tóxico el líder del rebaño como las masas que lo siguen. El lópezobradorismo ofrece una perspectiva religiosa que no ha sido atendida con suficiencia, por periodistas, semiólogos, sociólogos e historiadores.

Aun con estudios de doctorado, muchos seguidores del nacido en Macuspana, defienden a su pastor, como si se tratase de un señor feudal. El amor es ciego, dicen.

López Obrador enferma a México, no sólo en lo económico, sino también en lo moral. Como muchos de los pastores de estas nuevas religiones posmodernas-mercantilizadas: miente, usa y se beneficia de la ausencia de entendimiento

Quienes siguen al tabasqueño, llegaron a tal punto de descomposición moral que son incapaces de generar autocrítica: defienden lo indefendible (pienso en las maromas que se avientan para justificar el comportamiento de Pío), y en el proceso, hacen el ridículo. Los fundamentalistas que rodean al nacido en Macuspana, perdieron perspectiva y dignidad: a pesar de ser afectados en lo laboral por las pésimas decisiones del lópezobradorismo, se mantienen firmes a su evangelizador.

La 4T no se agota en López Obrador, incluye a sus votantes, a periodistas comparsas como la molécula, a profesionales formados en el ITAM que traicionaron a la derecha, y a radicales jacobinos como Paco Ignacio Taibo y Fernández Noroña. Los últimos personajes referidos, representan a lo más radical del lópezobradorismo. Los jacobinos son incendiarios y abiertamente socialistas. La 4T parte de la investidura presidencial, pero no se agota en ella: es una red amplia.

Más que un proyecto político, la 4T es un movimiento religioso evangelizador, en sentido posmoderno. Seguramente ya se dieron cuenta que la elección del nombre del partido político que usan como plataforma para conquistar el poder, refiere a la Virgen de Guadalupe, uno de los ejes sobre los que se construyó la nación mexicana.

El lópezobradorismo es un movimiento fundamentalista en donde el Presidente de México hace las veces de pastor. Si alguien usa, subjetivamente, a la historia, es Andrés Manuel López Obrador. La oposición necesita de historiadores de oficio, para hacerle frente a Morena y sus huestes, en las elecciones del 2021

El socialismo del siglo XXI y la izquierda global, han hecho suyos los estandartes abortistas y la promoción del matrimonio igualitario. Prevalecen intereses mezquinos. La premisa es incorporar al mayor número de votantes. La izquierda es una postura política que se adapta a los tiempos y que apadrina modas. La derecha permanece anclada a los valores, mismos que son inmutables y universales.

La 4T es progresista, afirman. Esto significa que está a favor de la legislación del aborto y del consumo regulado de cannabis; de la destrucción de la familia como institución rectora y de la promoción, validación y normalización de comportamientos que atentan contra el orden social y natural de la existencia.

Yo soy católico científico (jesuita) descendiente del cura, Miguel Hidalgo y Costilla.

El pasado sábado 5 de septiembre del 2020, el Presidente de México compartió un video en el que, además de burlarse de los conservadores, dejó en claro que él representa a los evangélicos, no a los católicos. Un día antes, el viernes 4, el INE dictaminó que un nuevo partido evangélico obtenía su registro y que un proyecto de esencia católica, era marginado de las elecciones intermedias del 2021.

Comprendo que abordar cuestiones religiosas siempre es incómodo, pero en la coyuntura política mexicana actual, es necesario y urgente. Los especialistas de la pluma deben entrarle al debate. El pueblo mexicano es mesiánico y apocalíptico, circunstancia que es capitalizada por el lópezobradorismo. El factor religioso es importante al interior de la 4T. La derecha mexicana debe aferrarse al catolicismo si desea concretar un proyecto político exitoso, como en antaño. Religión es política.

  • Ilustración intervenida: Ruleta Rusa