Quizá a nadie le guste ser identificado, y menos en el mundo de la fama, como el hijo de…, pero hay lazos familiares que es difícil obviar cuando la sucesión de hechos y circunstancias atañen en forma tan determinante a una persona en particular.
Es el caso del director de cine, Osgood Perkins, hijo del inolvidable actor Anthony Perkins, el mismo que personificó al no menos memorable Norman Bates de Psicósis (Alfred Hitchcock. 1960). Y si a esas circunstancias le agregamos que están bañadas por la desgracia, la leyenda de ciertos clanes crece en forma exponencial para provocar el signo de sus propias vidas personales y artísticas.
Osgood Perkins se enteraría a sus 18 años que Anthony, su padre, era homosexual y que la causa de su muerte se debía a una neumonía relacionada con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). No debió ser fácil para el entonces joven Osgood enterarse en forma tardía de las condiciones tan angustiosas que Anthony Perkins tuvo que esconder buena parte de su vida y saber que el secreto familiar no podía ser visto como algo normal sino como una maldición que Anthony y su esposa Berry Berenson consideraron necesario no revelar.
Por si fuera poco, Osgood vería también visitar la tragedia en la persona de su madre. Berry Berenson murió el 11 de septiembre de 2011 como pasajera del vuelo 11 de American Airlines, estrellado por terroristas en las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York.
El contexto familiar de Oz Perkins (como también se hace llamar), marca entonces su visión del cine y las historias que cuenta. Perkins es un cineasta convertido en un maestro del terror atmosférico y desde su debut con La enviada del mal (2015) y luego con Soy la cosa más bella que habita en esta casa (2016), Perkins se perfilaba ya como la promesa cinematográfica más resplandeciente del género.
La confirmación de su genio creador se vio reflejada en 2020 cuando hizo la adaptación de la clásica historia infantil de los hermanos Grimm, Hansel y Gretel (Ruleta Rusa. Febrero 2020). En ella, Perkins invirtió el orden de los nombres de los infantes y convirtió dicho cuento de hadas en una obra de terror no apta, obviamente, para ningún niño.
Por estos días, las salas de cine proyectan la nueva cinta de Perkins, Longlegs (2024), una historia que parece tener fuertes guiños con la realidad familiar de Osgood y sus secretos, los mismos que envuelven mediante un velo la vida infantil y se destapan de manera feroz en la etapa adulta
En Longlegs, Lee Harker (Maika Monroe), es una joven agente del FBI comisionada para investigar a un asesino serial que ha matado brutalmente a familias enteras a lo largo de tres décadas. Sus pesquisas le irán revelado poco a poco la tóxica atmósfera de la historia que la convoca y cómo hay un nexo enfermo que la une a todo ese festín de sangre.
El asesino, interpretado con una sorprendente caracterización de Nicolas Cage, será el eje que guiará a Harker por el infierno de las dudas y le irá destapando secretos encarnados en su madre, representante de la disfuncionalidad de las instituciones familiares y de la fe ciega personificada en la atávica religión que profesa.
Perkins pulveriza desde la primera secuencia cualquier intento de tranquilidad en los espectadores, golpea desde el inicio y no soltará el ritmo que sin tregua irá provocando asombro, incomodidad y una clara sensación de miedo por las atmósferas oscuras, grises y agresivas que en cada plano el director receta una y otra vez.
Con referencias innegables a Zodiac (David Fincher. 207), Seven (David Fincher. 1995) y El silencio de los inocentes (Jonathan Demme. 1991), Longlegs abreva de esas clásicas obras del suspenso y las conjuga para entregarnos una visión nueva del terror gótico urbano, una óptica deforme por la cantidad de ambientes, situaciones y personajes desasosegantes inmersos en espacios claustrofóbicos y oscuros capaces de remover las emociones y sembrar las dudas que no parecen tener respuestas lógicas porque todo es absurdo en su vertiente más desesperante.
La misma Lee Harker, víctima de los secretos familiares, se nos presenta como una agente del FBI perdida por momentos en sus traumas, ausente de la realidad que la rodea, una especie de personalidad con una conexión más cercana a los círculos de la maldad a los que no puede sustraerse porque el origen de la misma está maldito gracias a la extraña presencia de Longlegs.
Con una fuerte carga religiosa y de adoración al diablo, la nueva obra de Oz Perkins apela a esas dos manifestaciones de la cultura que, si bien son antagónicas, ambas anclan su existencia en la plataforma del miedo: una que acude a la figura de un Dios vengativo y la otra al recipiente en donde todos los pecados se conjugan para castigar al que se aleja de la presencia del Ser Supremo
¿Es posible reinventar el género?
¿Qué puede ofrecer una nueva película de terror? Perkins se ha alejado de las cintas actuales del género, él mismo reconoce no ver las novedades que en ese tenor se presentan a raudales en las salas de cine, busca ofrecer, por el contrario, experiencias del miedo con fórmulas no necesariamente utilizadas en otras películas.
Longlegs le hace justicia a ese intento de Perkins de proponer historias más complejas, menos previsibles, que generen preguntas, que le hagan pensar e inquietar al espectador y entre la crítica cinematográfica se asume que, por ejemplo, esta obra de Osgood está emparentada en términos de innovación narrativa con esa magistral cinta llamada Hereditary (Ari Aster. 2018) y yo agregaría a dicha comparativa, a la ganadora como mejor película del Festival de Sitges en 2023, Cuando acecha la maldad (Demián Rugna. 2023).
Ese es Osgood Perkins, un director que ha logrado graduarse de maestro en términos de terror atmosférico.
El mono
Las adaptaciones al cine de la obra del escritor Stephen King, se mueven como casi toda experiencia entre las letras y la imagen en la categoría de muy buenas películas, regulares e infumables.
En febrero de 2025 se estrenará El mono, cinta basada en un cuento de King y que dirige Oz Perkins. Por las virtudes artísticas del director de Longlegs, El mono promete ser una de esas adaptaciones al cine mejor logradas de la obra del autor de It, El resplandor, Cementerio de mascotas, entre otras tantas.
El autor de esta columna leyó dicho cuento hace mucho tiempo y le provocó una inquietud y un miedo real, la expectativa entonces crece cuando se nos viene el próximo año una combinación de ensueño: King, Perkins y El mono, un cuento perturbador del escritor estadounidense. A esperar.
Cinco años después
Esta Road Movie llega a cinco años de publicarse en Ruleta Rusa. Historias con Calibre. Y como cada septiembre, agradezco profundamente a mis lectores y lectoras quienes cada quince días siguen estas reseñas cinematográficas. Aquí seguiremos viendo, hablando y disfrutando el cine. Abrazo.
- Fotograma: Longlegs