“Si no podemos cambiar el futuro, porqué perder el tiempo hablando de él” (Yuval Noah Harari)

Estoy leyendo Nexus (Una breve historia de las redes de la información desde la edad de piedra hasta la IA) de Yuval Noah Harari, mi mente está en una lucha sobre esa absurda manera de los textos “occidentales” sobre tratar de fundamentar a través de la Biblia judeo cristiana sus posturas paranoicas. Esa extraña manera de cerrar argumentos citando un versículo.

En este libro plasma esa paranoia hacia la Inteligencia Artificial (IA), algo así como fundamentar “filosóficamenteTerminaitor y evitar el nacimiento de Skynet. Sin embargo, para compensar esa pérdida de tiempo, surgieron algunas ideas en torno a esa paranoia sobre la IA y la salud-enfermedad.

Para empezar esa idea de lo predecible que somos los seres humanos, lo cual supongo nos hace tener ese miedo a perder nuestra identidad humana, o más bien, a qué sea diluida por alguien o algo intelectualmente superior. Esa idea de que las fronteras sean eliminadas por la IA, la primera tecnología que termine esa absurda lucha ideológica de territorio, religión, mercados, naciones.

Pensé en mis gatos, es como si ellos estuvieran agrupados por razas, y establecieran que tienen una cultura propia, que tienen un territorio donde los gatos naranjas no se mezclan con los gatos negros y además sus costumbres son totalmente diferentes. Pero a mí me vale madre, yo como superior y aunque los veo diferentes, bajo mi cuidado no existe esa segregación, todos tienen los mismos derechos y cuidados. Su alimentación será la misma pues todos requieren la misma carga nutricional y el cuidado de su salud también es el mismo pues su fisiología es la misma.

Eso mismo es lo que pienso que la IA hará con nosotros. Por supuesto que entonces todo el genocidio en Gaza seria en vano para Israel (sarcasmo). Entonces comprendo la preocupación de Yuval Noah y de Israel ante la IA

Y le preguntaron sus discípulos: «Rabí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?» Juan 9.

Enfermedad y salud son esos componentes humanos inherentes, las pandemias dan cuenta de nuestra hegemonía humana (los virus, por ejemplo, son las entidades más democráticas) y la salud también es algo en lo que participamos como humanidad desde siempre. ¿Es posible qué bajo el cuidado de la IA por fin tengamos un sistema de salud universal, al alcance de cada ser humano en el planeta?

Religión vs IA

El miedo a que el poder y el conocimiento se centre en una IA invade a las religiones, quienes en el tenor de la salud y la enfermedad han dirigido los relatos sobre el bienestar. Este sistema de salud mundial tan desigual tiene que ver con los relatos religiosos, que es otra idea interesante en este libro, la cual gira en torno al relato como agente ideológico en la información.

Lo que me hace pensar en este primer relato sobre qué el hombre es imagen y semejanza de Dios y lo cual nos lleva a tener una lucha sobre la enfermedad y la discapacidad. Las cuales no son culpa de Dios sino de algo que hicimos mal, de nuestros pecados o de los de nuestros padres.

Hoy en día seguimos evaluando la salud cómo una especie de éxito personal, bendición o regalo divino y entonces nos negamos a ver la enfermedad cómo parte de nuestra humanidad, viviendo en la negación de qué somos un mal diseño, si eres creacionista por supuesto

No solamente vivimos el dolor y malestar de la enfermedad, sino que además experimentamos un duelo por la pérdida de la salud, aumentando así el sufrimiento y la mortificación personal. Y los relatos religiosos vienen a llenar ese hueco del sufrimiento por la enfermedad, sobre todo si la muerte está diagnosticada.

Los relatos religiosos llegan suavemente a través del relato del milagro, de la salvación, de la sanación, relatos que han recuperado y mejorado disciplinas psicologías, holísticas y pseudo psicológicas. La idea ingenua del relato es la esperanza, creer que la enfermedad es una maestra de vida, qué Dios quiere mostrarte algo, que la enfermedad es el inconsciente manifestando un nudo psicológico, etc., etc.

El relato de la salud, como milagro, llena ese hueco que deja la realidad de la enfermedad y la discapacidad: una falsa esperanza de nuestro mal diseño corporal.

Esté relato bíblico condiciona la salud y la enfermedad a un fenómeno particular, individual, algo hay mal en ti. La enfermedad entonces se vive con culpa y la salud debe vivirse con orgullo, cómo un triunfo personal.

Buscamos la perfección por qué así nos sentimos saludables o bendecidos. Incluso los otros, si es qué yo me esfuerzo por estar saludable, son agentes para que yo enferme, para que Dios desate su ira contra todos. Es decir, todos debemos tener el mismo nivel y pensamiento moral o religioso

¿Recuerdas esos videos virales durante la pandemia dónde culpaban a los otros de la enfermedad?

Y por otro lado la enfermedad del otro se vivirá como una molestia, porque involucra la impotencia y la intolerancia. El otro no pudo portarse bien. No se cuidó lo suficiente, se expuso, vive en pecado, no ha sanado sus heridas, no ha sanado a su constelación familiar. Por eso, este relato de la salud y la enfermedad, aún hoy en día, se vive más cómo algo moral, que algo biológico.

¿Bajo el (supuesto) yugo de la IA veremos nuestra salud afectada?

Lo más probable es que solamente las religiones salgan perdiendo ante el manejo de la salud enfermedad por parte de la IA. Por supuesto que esto es mucho más profundo de lo que parece pues debemos recordar que religión y política siguen teniendo una sola. Y por lo tanto nuestra salud está condicionada no solo por quien maneja la información médica, epidemiológica o demográfica, sino por personas con un extraño complejo de Mesías, sean cristianos, judíos, hindúes o musulmanes.

Sin los sesgos morales creados por los relatos religiosos, la IA podría llevar todo lo relacionado con la salud y la enfermedad a una etapa más humana que los propios humanos en siglos de conocimiento, pero con mala disposición de compartir el poder en toda la raza humana.

  • Ilustración: Especial