El año nacido hace tres meses, según las etiquetas de las sidras de carretera de 50 pesos, luce tan luminoso como catastrófico para los mexicanos.

En el verano se llevarán a cabo las elecciones presidenciales y al mismo tiempo, al otro lado del orbe, la Selección competirá en el Mundial de fútbol.

La semejanza entre ambos sucesos no sólo radica en el involucramiento de Rusia, sino también en las consecuencias, ya sea en redes sociales, ya sea en la vida diaria, de estos eventos en agravio del país.

Por lo menos en estos primeros meses del año, cuando el positivismo ronda y luego de gozar de la primera victoria de los Pumas en el torneo, aquí expongo mis razones para elegir al fútbol en lugar de la política en este 2018

1) A diferencia de los nombres en las boletas electorales, la Selección Mexicana, una escuadra malona de media tabla, me da esperanzas y razones para sentirme orgulloso de mi nacionalidad. Digo, por lo menos puedo presumir entre mis amigos cubanos, gringous, sudamericanos y europeos que los mexicanos sabemos patear una pelotita y no sólo chingarnos la lana del erario, hacernos güeyes en el caso Odrebecht o descuartizar gente.

2) Gritando como imbécil frente al televisor, mientras vitoreo a los chiles verdes, siento que influyo más que yendo a votar por políticos que ni me representan ni parecen importarles un carajo las demandas sociales.

3) Puedo garantizar que Alemania nos derrotará legalmente. No cometerá fraude en contra del equipo al que apoyo, lo que me ahorra corajes que ya empiezan a menguar mi salud de chavoruco.

4) Nunca leeré en Letras Libres o Nexos artículos que traten de convencerme de que Oribe Peralta representa al fútbol mexicano del pasado, juega sucio y es reptiliano, por lo que México tendría que poner al Chicharito como delantero titular.

5) A últimas fechas sólo los goles del Chuky Lozano me liberan espiritualmente de los encabezados donde están presentes las palabras Odebrecht, OHL, relojes de 6 millones de pesos o desvío de recursos públicos para campañas electorales.

6) Por más pendejo o vendido que sea el árbitro en el Mundial, derecho hará los abusos más grotescos durante el juego, sin importar color de piel, nacionalidad, partido político ni posición económica del infractor.

7) Nadie me tachará de chairo o derechairo si llevo la playera de la Selección Mexicana.

8) Ningún equipo portará el logo del PRI.

9) Y sobre todo: cuando vea jugar al Tricolor de Osorio en Rusia van a desaparecer los pejezombies, los peñabots, los morenazis, los panhitlerianos, los prifascistas, los indios, los nacos, los mirreyes, los macuarros y el largo etcétera de insultos que nos damos entre los mexicanos, con el fin de demostrar el desprecio de unos y otros debido a diferencias políticas, sociales, económicas o raciales.

Cuando juegue la Selección van a desaparecer estas agresiones clasistas y racistas

En cambio, nos reconoceremos tan sólo como mexicanos; unos mexicanos chingones y entrones que podemos cambiar nuestra realidad con juego en equipo, creatividad y apoyo mutuo.

Sí, igualito a lo que pasó luego del terremoto del 19 de septiembre.

  • Foto: Especial