El corrido mexicano es una consecuencia histórica del diálogo cultural que, a lo largo de cinco siglos, han tenido la raíz española (los árabes de Andalucía), la raíz africana (sahel) y la tradición cantora adherida a la cosmovisión mesoamericana.
El corrido mexicano no es un monolito; éste comenzó su permanente construcción, a partir de la invención de América en 1492 (los oficialistas le llaman, descubrimiento de América).
El corrido mexicano es un fenómeno histórico, siempre en movimiento: cambia la duración, la narrativa, la estilística, la instrumentación, las temáticas y su visualidad. El envase audiovisual es fundamental para estudiar al corrido mexicano en el siglo XXI. Existen tradiciones corridísticas en Morelos (bola suriana), en el Bajío, en Sinaloa, en Juárez – El Paso, en Tamaulipas, y por supuesto, en Estados Unidos. No se puede entender a México sin los Estados Unidos (Las Hermanas Huerta de Tampico, grabaron un corrido que se llama: Desde el México de fuera).
El corrido mexicano NO nació con la Revolución Mexicana de 1910: ahí afianzó su función social. ¿Cuál era? Informar, narrativizar lo cotidiano, moralizar, exaltar personajes, batallas y ciudades; así como generar identidad
Pienso en Siete Leguas que, a la letra dice: “en la estación de Irapuato, cantaban Los Horizontes…”. Los Horizontes fueron un mariachi tradicional que tocaba en Irapuato -de esos que traían calzón de manta- y que estaban constituidos, únicamente, por cuerdas.
En términos de función política, concientización y batalla ideológica, el origen del corrido mexicano, sin duda, está en el siglo XVIII: su detonante fueron las reformas borbónicas. Durante la guerra mexicana de independencia (hecha por los jesuitas – Iglesia Católica) no se les conocía con el nombre de corridos, sino con el de romances (por supuesto que también hay que dar cuenta de su evolución conceptual a través de la semántica histórica).
Sonia Medrano es una artista zacatecana que ha rescatado romances dedicados a Hidalgo y Morelos [maestro y discípulo]. En nivel de producción e importancia, el corrido independentista no pesa lo mismo que el corrido revolucionario; lo importante es entender al corrido mexicano como un proceso histórico de larga duración. Evitemos esencialismos.
El propio corrido del crimen, ha cambiado: su estilística y narrativa, siempre caminan. Hoy el discurso audiovisual es tan importante como la letra y la música (YouTube ofrece corridos a la carta).
El corrido mexicano sigue fluyendo por la acera de la criminalidad. Con una visión de larga duración, amplia, flexible, tolerante e incluyente, nos daremos cuenta que el corrido se mantiene en las periferias; continúa siendo una herramienta de los sin historia que aspiran a la validación y al reconocimiento que la historia oficial les niega (los narcos por más dinero que tengan, están fuera del centro narrativo de la historia nacional: son lumpen).
El corrido mexicano es una forma de hacer historia. El corrido mexicano es contrahistoria desde lo teórico e historia oral desde lo metodológico. En su esencia, nacimiento y derroteros, el corrido mexicano es contestario, por eso incomoda (lo ven como música de gente quebrada).
Desde la lógica oficialista, por más que lo blanqueen, el corrido sigue oliendo a rancho, a pobreza (a veces económica y siempre intelectual).
Estoy consciente que el corrido mexicano forma parte del entretenimiento global vinculado al paradigma de la globalización. Evitemos su romantización, su idealización; el fanatismo cultural y el patrioterismo improductivo
Abordar al corrido mexicano es escribir la historia de los relegados, de los despojados: los narcos encarnan al marginado por el sistema (reflexionemos el fenómeno desde lo ideológico): tienen capital económico, pero no capital cultural (que es en donde reside el verdadero poder, según Bourdieu). Un hombre con capital económico, pero sin capital cultural, no sabrá cómo ni en qué gastar la plata.
El consumo del corrido mexicano nunca ha sido unidireccional: sigue estando regionalizado (el concepto de región es clave para estudiar al corrido mexicano).
Enumeraré nombres de intérpretes mexicanos que dan vigencia al corrido en este siglo XXI: Buyuchek (Yo también soy de Terán), Miguel y Miguel (El crimen de Tamazula), Voz de Mando (Relatos de Juan José), Los Dos Carnales (El corrido del cholo), Los Huracanes del Norte (El ayudante), Hermanos Vega junior (Alineando cabrones), Los Ramones de Nuevo León (Se les peló Baltazar).
Sigan las coordenadas, no le teman al corrido ni a la cultura popular. ¡Ánimo raza!
- Ilustración: Ignacio Aguirre
2 comments
Felicidaded amigo Luis Omar, muy buena información sobre el corrido mexicano…”…cantaban los horizontes” no sabía que eran unos mariachis de aquella época…hay mucho que reflexionar sobre ese género…
Excelente información nos deja mucho conocimiento nos pone en contacto con nuestras raíces, con nuestra identidad cultural !!!