Pasaron las elecciones del 6 de junio del 2021, las lecturas sobre los resultados, son varias.

A nivel nacional, Morena ganó, y a la vez, perdió. El movimiento de Obrador se llevó todo el Pacífico, en cuanto a gubernaturas se refiere. Avanzó en el control de gobiernos estatales. El gran perdedor es el Partido Revolucionario Institucional (PRI). No es casualidad que, al día siguiente de la elección, el nacido en Macuspana, declaró en su mañanera que negociaría con el PRI para evitar contratiempos en la aprobación de sus iniciativas. No olvidemos que López Obrador es un político de esencia y extracción priista.

Morena perdió el 70 por ciento de las alcaldías de la Ciudad de México, además de las gubernaturas de Chihuahua y Querétaro. Morena triunfó, pero también fracasó: estará imposibilitado para desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE) y, en general, para emprender reformas constitucionales. Aunque es verdad que existe la posibilidad de que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) llegué a acuerdos con el PRI y con el Verde, también lo es que el trabajo legislativo del 2021 al 2024, no dependerá, al 100 por ciento del partido del Presidente. Las alianzas políticas siempre están en riesgo de colapsar: nunca son para siempre.

Si el PRI se renta a Morena, sería una traición al electorado mexicano.

Movimiento Ciudadano (MC) obtuvo la gubernatura de Nuevo León y las alcaldías de Monterrey y de Guadalajara, centros del poder económico en México. El Partido Verde Ecologista Mexicano (PVEM) construyó una campaña exitosa, a punta de billetazos y triquiñuelas, que le permitirá ostentar un número mayor a las 40 curules en la Cámara de Diputados. MC y el Verde, siguen en franco crecimiento y manifiestan constancia política.

El Partido de Encuentro Social (PES), el partido evangélico del Presidente de México, perderá su registro, al igual que Redes Ciudadanas Progresistas (RSP) de Elba Esther Gordillo y Fuerza por México, aliados de la 4T. Desde sus satélites, Morena sufrió una importante derrota, de cara a las elecciones del 2024. Los partidos chicos brindan margen de acción política y opacidad en el uso de recursos públicos a los grandes corporativos políticos de la realidad mexicana.

Los resultados de las elecciones del 6 de junio del 2021, arrojan varias lecturas. La política, igual que la historia científica, siempre remiten a interpretaciones

Las elecciones del pasado 6 de junio nos dejan como advertencia el endurecer los castigos a partidos como el Verde y a influencers que se presten al desaseo político. Acciones como las ocurridas una noche antes de los comicios, son un atentado contra la democracia mexicana: benefician a una plataforma política y vulneran los derechos políticos de la ciudadanía. Aquí hay un área de oportunidad legislativa.

Los políticos deberían ser capaces de leer entre líneas, de identificar intersticios. 

El que la oposición ganara 9 alcaldías en la Ciudad de México, es de absoluta importancia política para la oposición mexicana rumbo a las elecciones del 24. Mucho cuidado con el abordaje semántico del concepto, oposición. La oposición no es una atribución lingüística que pertenezca, únicamente, al PAN, al PRI y a MC: los ciudadanos que votamos contra Morena, somos el corazón de la oposición.

Los políticos y sus estructuras burocráticas tienden a sentirse por encima del ciudadano (lo ningunean). Esa actitud prepotente y sobrada, es causa, en buena medida, de la crisis actual del PRI, por citar un ejemplo destacado. Los partidos deben entender que sin la ciudadanía son poco o nada. La oposición somos todos. Es ahora cuando los políticos del PAN y del PRI, deben estar más cerca de sus gobernados. Hay fórmulas electorales que nunca pasan de moda: pavimentar calles, mejorar el alumbrado público y poner nombre a las calles, por ejemplo.

En el nombre de las calles se resguarda la memoria colectiva de los pueblos, minimizarlas es un error político. Desde hace años vengo diciendo que los equipos interdisciplinares de los partidos políticos mexicanos, deben sumar a historiadores de oficio para que apuntalen su agenda.

Transitamos un sexenio donde lo que más importa es la historia. Supongo que es su ignorancia y su soberbia lo que no les permite ver ni aceptar estas necesidades políticas a los actores de oposición. Deben actualizarse, renovarse

Rumbo al 2024, el PAN encabezará a la oposición: necesitan de liderazgos como el de Ricardo Anaya y el de Felipe Calderón. Celebro que Margarita Zavala haya regresado a la querencia (la diputada más votada a nivel nacional en las elecciones del 6 de junio del 2021). Cuidado con la disidencia de Madero y de Javier Corral.  

El próximo candidato a la Presidencia de la República Mexicana por el Partido Acción Nacional (PAN), debe salir de los cuadros queretanos. Hasta antes del artículo publicado por The New York Times el pasado domingo 13 de junio del 2021, se pensaba que el candidato de Morena a la Presidencia de la República sería Marcelo Ebrard (viejo lobo de mar, marrullero, deshonesto y con mucho bagaje político). A mi entender, Ebrard y Claudia Sheinbaum están fuera de la contienda. Queda Ricardo Monreal.

Los AMLOvers que se desagarran las vestiduras con sentencias como: el PRI robó más, gracias a Obrador te pusieron la vacuna y agradece el dinero que le dan a los viejitos, deben considerar que, Obrador es un producto político del PRI, que la vacuna la pagamos con nuestros impuestos (a los maestros de gobierno nos quitan bastante cada quincena) y que el apoyo a los viejitos resuelve poco o nada en el hogar. La 4T es una ficción. Una familia que no cuenta con un ingreso laboral de alguno de sus miembros, no se sostiene con los $2,000 pesos bimestrales que regala López, dinero que, por cierto, sale de nuestros impuestos. Los Estados son distribuidores no generadores de riqueza. Esa plata que dispensa a sus súbditos el pastor de Macuspana, previamente fue recaudada a través de gravámenes.

A las focas aplaudidoras del pastor evangélico-cristiano nacido en Tabasco, les digo que si Gustavo Madero Muñoz, Damián Zepeda Vidales y Javier Corral Jurado, andan de autocríticos, no es porque su estandarte sea la verdad. Sus repentinos guiños y espaldarazos a la 4T de Obrador, se deben al triunfo de María Eugenia Campos Galván en Chihuahua (muy cercana a Felipe Calderón). Pertenecen a facciones distintas dentro del PAN. No crean que los partidos son monolitos. Las afirmaciones de Madero en los espacios periodísticos de Julio Astillero, deben leerse como negociación, estrategia y acercamiento político: saben que, con Maru Campos como nueva gobernadora del PAN en Chihuahua, la cosa viene dura para ellos. Me sorprende tanta ingenuidad. Cultura política señores. Estratagemas.

Espero que, en Irapuato, la nueva Presidenta Municipal de Irapuato (primera en su historia), Lorena del Carmen Alfaro García, se concentre en pavimentar las calles que se ubican en el sur de Irapuato. ¡Urge! Ojalá que renueve-refresque a la administración pública de Irapuato

Que transparente los procesos y los nombramientos (pienso en la opacidad con la que Ricardo Ortiz manejó el proceso del nuevo Cronista de Irapuato). Se necesitan nuevos perfiles profesionales en la administración pública fresera. Que aproveche a los doctores-científicos-investigadores. El Municipio de Irapuato, Guanajuato, debe profesionalizarse: basta comparar la fortaleza del área de cultura municipal en León con el atraso, en el mismo rubro, que presenta la administración municipal de Irapuato, Guanajuato.

Los diputados locales por el PAN, deben mantenerse en campaña permanente de aquí al 2024. Al menos, un día a la semana necesitan visitar a los votantes en sus domicilios. Los irapuatenses esperamos un gobierno cercano y humano. Cometerían un error histórico si piensan que ganaron las elecciones pasadas del 6 de junio del 2021, por sus eficientes propuestas. Me queda claro que, el PAN representa estabilidad, continuidad y un proyecto de gobierno para Guanajuato. Eso no significa que el PAN se desentienda del electorado: debe corregir y mejorar. El PAN necesita ponerse las pilas rumbo al 24, por ellos y por sus votantes. La oposición también somos los ciudadanos, los que cuidamos el voto el pasado 6 de junio del 2021: los partidos políticos no son los dueños de nuestra democracia.

Lorena Alfaro habla de un gobierno de puertas abiertas, planteamiento político que surgió al interior de la Iglesia católica romana, en la década de 1960, a la luz del Concilio Vaticano II. Sí, mucha de la terminología usada por los partidos políticos mexicanos emana de la cristología de la liberación. Seamos conscientes de ello. Es una aberración que Movimiento Ciudadano se autodenomine como “la tercera vía”. La tercera vía es Cristo. Un partido como MC que está a favor del aborto y de la liberalización de las drogas, nada tiene que ver con la figura de Jesús de Galilea.

El PAN en Guanajuato debe sumar a su proyecto de gobierno a intelectuales que fortalezcan el área de comunicación política. En Irapuato pululan pseudoperiodistas: denostan, agraden, atacan y desinforman. Estoy a favor de la libertad de expresión. No se trata de censurar sino de crear contrapesos. Señores del PAN, comiencen a pensar en el 2024. Mejoren sus estrategias. Pienso, por ejemplo, en la contratación de un entrevistador eficiente-preparado que converse con sus figuras más destacadas, periódicamente, con el propósito de humanizarlos frente al votante.