Rainy Silvestre ya tiene en el nombre una anticipación de la belleza melancólica que intermitente cae como la nostalgia, con delicadeza, pero agudamente penetrante.
Silvestre (Matanzas, Cuba. 1975) nos descubre la hermosa resistencia y resiliencia del enfrentarse a la vida, frente a todo y contra todos, y también el derrumbe y la fuerza vital, un reflejo bellísimo donde las olas revientan con furia en el Malecón y traen hasta Miami, ecos de La Habana.
“Quien contempla con fascinación la pérdida arquitectónica de ‘Little Havana’, a través de los ojos del fotógrafo, no puede evitar preguntarse si esta pequeña ciudad correrá el mismo destino de sombras y abandonos que aquella, a noventa millas, que le dio su nombre”, ha dicho Silvestre a propósito de esta serie.
*Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas la imágenes y lees, la melancolía musical de Habana Blues y la poesía calórica de Virgilio Piñera.
Isla
Aunque estoy a punto de renacer,
no lo proclamaré a los cuatro vientos
ni me sentiré un elegido:
sólo me tocó en suerte,
y lo acepto porque no está en mi mano
negarme, y sería por otra parte una descortesía
que un hombre distinguido jamás haría.
Se me ha anunciado que mañana,
a las siete y seis minutos de la tarde,
me convertiré en una isla,
isla como suelen ser las islas.
Mis piernas se irán haciendo tierra y mar,
y poco a poco, igual que un andante chopiniano,
empezarán a salirme árboles en los brazos,
rosas en los ojos y arena en el pecho.
En la boca las palabras morirán
para que el viento a su deseo pueda ulular.
Después, tendido como suelen hacer las islas,
miraré fijamente al horizonte,
veré salir el sol, la luna,
y lejos ya de la inquietud,
diré muy bajito:
¿así que era verdad?
Virgilio Piñera