Alvin Ng se cuestiona a través de imágenes que evocan lo sagrado, el principio y el final del viaje existencial, inquiere si somos uno sólo fluyendo a través y entre nosotros sin cesar.

Ng (Singapur) revisita a través del fuego y los bodhisattvas, el simbolismo de la luz, la pureza espiritual como estrellas, el movimiento de la vida y la muerte en la perpetua rueda metafísica: el Saṃsāra.  

La luz misma encarna el concepto de impermanencia. No sabemos dónde comienza. No sabemos dónde termina. Es cíclico”, ha dicho Ng sobre el carácter simbólico de su obra.

Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la música envolvente de Anoushka Shankar y la poesía eterna de Amado Nervo.

Transmigración

A veces, en sueños, mi espíritu finge
escenas de vidas lejanas:
                                                     yo fui
un sátrapa egipcio de rostro de esfinge,
de mitra dorada, y en Menfis viví.

Ya muerto, mi alma siguió el vuelo errático,
ciñendo en Solima, y a Osiris infiel,
la mitra bicorne y el éfod hierático
del gran sacerdote del Dios de Israel.

Después, mis plegarias alcé con el druida
y en bosque sagrado Velleda me amó.
Fui rey merovingio de barba florida;
corona de hierro mi sien rodeó.

Más tarde, trovero de nobles feudales.
canté sus hazañas, sus lances de honor,
yanté a la su mesa, y en mil bacanales
sentime beodo de vino y de amor.
Y ayer, prior esquivo y austero los labios

al Dios eucarístico, temblando acerqué:
por eso conservo piadosos resabios,
y busco el retiro siguiendo a los sabios
y sufro nostalgias inmensas de fe.

Amado Nervo