La obra de Alessandro Liguori se inscribe en los derroteros de la modernidad con un guiño evidente a una suerte de geometría metafísica a partir del Tai Chi Chuan.
Liguori (Italia) utiliza la fotografía como un pincel electrónico para retratar el movimiento y la pureza, un canto de pájaros y lo áureo, aunque también nos recuerda que la luz tiene su equilibrio en lo profundo de la oscuridad.
“Como aquellos que se acercan a esta disciplina por primera vez, me di cuenta de que, en la imaginación colectiva, el Tai Chi Chuan está simplemente asociado a la belleza, la elegancia y la armonía de los movimientos”.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la música celeste de Enya y la poesía luminosa de Matsuo Bashō.
Flores de cerezo en el cielo oscuro
entre ellas
la melancolía florece
Matsuo Bashō