Gonzalo Azumendi hace del caos y lo multitudinario una obra de arte visual. Con espacios luminosos y coloridos que manifiestan la belleza de la vida en pleno curso.
Azumendi (España) nos recuerda la importancia de la vida en comunidad, la belleza de la pluralidad, los espacios donde confluyen las personas de diversas latitudes, la comunidad, las multitudes que manifiestan la vibración de lo humano.
“Recuerdo como era mi mundo, un lugar excesivo, que tengo memorizado en mis fotografías. Miro desde la ventana intentando adivinar que queda de él, mientras espero el regreso de aquel planeta que fotografiaba”, dijo Azumendi sobre esta serie en tiempos de la pandemia de Covid, comoc recordatorio de la importancia de vivir en armonía con los demás.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras lees y observas las imágenes, la bellísima sonoridad de Dusko Goykovich y la poesía de Eduardo Elizalde.
Dos viñetas de un cándido
1. Bajo el cielo tenebroso
el rehilete se abre en el jardín.
La fiesta del gorrión que danza, canta
-se vuelve flor su trino,
fruto su aleteo-,
se baña bajo el líquido haz de chispas.
Pura felicidad en el pequeño prado,
el agua limpia -hubiera dicho el santo-,
es la sonrisa de Dios.
* * *
2. Buenos días, mundo.
Me alegra verte afuera al despertar.
Celebro que no hayas
-la ocasión la pintan calva-
aprovechado el manto de la noche maldita
para irte por siempre al inframundo.
También me reconforta
que aún te habiten pájaros cantores,
meistersinger del bosque en el jardín;
que el sol severo nos escalde aún
y nos torture el rudo ozono
-como todos los días-.
Soñé que te habías ido,
conmigo hacia el infierno
y que se habían quedado aquí
sin mundo todas las demás criaturas:
piedras, grajos, insectos o personas.
Te veo tan grande y bello,
que me río de los siniestros solipsistas
de antaño.
No has de esfumarte cuando yo me extinga.
Canto tu salud de hierro,
tu verde corazón y tu estructura
de granito.
Buenos días, querido, hermoso mundo
Eduardo Lizalde