Weronika Gęsicka rompe con sutileza los arquetipos del bienestar, el modelo del ‘american dream’, valiéndose de marcas o símbolos que cuestionan la realidad. Nos entrega una brutal sacudida que disuelve nuestra percepción sobre la memoria.    

Gęsicka (Polonia) se vale de fotografías antiguas para representar modelos, eneagramas de la modernidad, presencias inquietantes que reconstruyen vínculos alterados, una felicidad distorsionada.

“En mis proyectos abordo temas relacionados con diversos aspectos de la memoria, como teorías científicas y pseudocientíficas, mnemotecnia y diversos tipos de distorsiones. También me interesan los procesos de memorización y olvido, que, dependiendo de numerosos factores, constituyen la base de la forma en que percibimos la realidad que nos rodea”, ha dicho Gęsicka sobre este serie.

Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la sonoridad retro de Waldeck y la áspera poesía de Raymond Carver.

Por la mañana, pensando en el Imperio

Apretamos los labios contra el borde esmaltado de las tazas
e intuimos que esta grasa que flota
en el café logrará que el corazón se nos pare cualquier día.
Ojos y dedos se dejan caer sobre los cubiertos de plata
que no son de plata. Al otro lado de la ventana, las olas
golpean contra las paredes desconchadas de la vieja ciudad.
Tus manos se alzan del áspero mantel
como si fueran a hacer una profecía. Tus labios se estremecen…
Te diría que al diablo con el futuro.
Nuestro futuro yace en lo más profundo de la tarde.
Es una calle angosta por la que pasa un carro con su carretero,
el carretero nos mira y vacila,
luego menea la cabeza. Mientras tanto,
Rompo indiferente el espléndido huevo de una gallina de raza Leghorn.

Tus ojos se nublan. Te vuelves para mirar el mar
tras la hilera de tejados. Ni las moscas se mueven.
Rompo el otro huevo.
Seguramente nos hemos empequeñecido juntos.

Raymond Carver