Irene Cruz nos lleva a la contemplación de la belleza a través de la mirada interior, el anhelo y el deseo.
Cruz (Madrid, España.1987) evoca el misterio de la naturaleza, el eterno femenino, el canto de las flores, la belleza de lo etéreo, el poder de la mujer que produce incendios, ese encanto de las musas.
“¿Quiénes son aquellas musas que me llevan al vacío? De repente vuelven solas tras el tiempo de morir desde el tedio de mí misma. El lugar en donde habito soy yo misma. Soy un bosque a verdiazules saboreando la neblina. Un latido”, ha dicho Cruz a propósito de esta serie.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, el ensueño musical de Erutan y la poesía inmortal de Nizar Qabbani.
Tu rostro es preludio del poema
Tu rostro es preludio del poema.
Me arrastra de noche,
como si yo fuera vela,
a las playas del ritmo,
me abre el horizonte de cornalina
y la mirada de la creatividad.
Tu rostro es maravilloso,
una acuarela,
un viaje fascinante
entre la ceniza y la hierbabuena.
Tu rostro
es un cuaderno abierto. Qué bello
cuando lo veo por la mañana
trayéndome el café en su sonrisa
y el rubor de la manzana…
Tu rostro me acerca
al último poema que conozco,
a la última palabra,
a la última rosa de Damasco que amo
y a la última paloma…
Tu rostro, amiga mía,
es un mar de símbolos, y la nueva pregunta:
¿volveré sano y salvo?
El viento me asusta,
las olas me asustan,
el amor me asusta
y mi viaje es lejano.
Tu rostro, amiga mía,
es una maravillosa carta
que fue escrita
y jamás llegó al cielo…
Nizar Qabbani
Traducción de María Luisa Prieto