António Júlio Duarte es un fotógrafo audaz que juega con nuestra percepción llevándonos por las calles de Tokio a lugares aparentemente familiares, pero tan distantes y ajenos a la vez.
Duarte (Portugal) concreta en la fotografía callejera un mapa de los sentidos desordenados, nos ofrece la entrada a un paraíso dislocado, enigmas irreductibles de la realidad, misterios del azar.
“En lugar de buscar una finalidad, podríamos simplemente descansar (sin amarres) dentro de estas fotografías, permitiendo que nuestras mentes divaguen y floten en lugares eternamente extraños”, ha escrito el prestigioso editor fotográfico Alexander Strecker, sobre la obra de Duarte.
Ruleta Rusa te sugiere escuchar, mientras observas las imágenes y lees, la música arriesgada de Gotan Project y la poesía mesmerista de Iris Kiya.
Disquisiciones para cortometraje
Dime niña,
tus cabellos se impregnan de avena,
tu cabellera pendenciera
tu cabellera enciende
el dolor de los túneles
y las luciérnagas se hacen más amarillas cuando
se adelantan al viento del atardecer
cuando los trenes crepitan en los andenes
Dime niña,
¿alguna vez te gustó jugar al póker?
intuyo que cada partida era un as para levantar los muslos
¿alguna vez te gustó medir la distancia en los mapas que eran regalo para los infantes?
Dime niña,
¿A dónde vas?
tus cabellos se impregnan de avena,
tu cabellera pendenciera
tu cabellera se enciende en la noche cuando dejas Ítaca
los pasajeros que juegan al póker contigo
jamás entenderán porque necesitan cuatro ases para llegar a Ítaca
siempre se vuelve a Ítaca
Dime niña,
aquellos zapatitos negros tuyos
no podrán nunca llegar a la ciudad que anhelaba Kavafis
a menos que muestres tus labios,
aquellos que se torcieron como la trompeta de Chet Baker
no me sirven tus zapatitos negros
sé que estás de luto
Dime niña,
¿por qué tu cabellera de avena se esconde en la noche de los tulipanes?
en las tazas de madera que incineran café y azafrán,
en las enaguas de tus vestidos que no tienen más que hilos acordonados por las Moiras
Dime niña,
¿por qué no vuelves a Ítaca?
Iris Kiya