El arte minimalista es una corriente artística contemporánea que brota en New York para finales de los 50 e inicios de los 60 como una reacción en contra de la desmesura presente en movimientos de la época como el pop art, pues que creían que el arte se había vuelto obsoleto y académico.
El término minimal aparece como tal en 1965 en un artículo del crítico británico Richard Wollheim publicado dentro de la revista Arts Magazine. En este artículo se concluía que este tipo de producciones minimizaban el contenido artístico final a partir de la eliminación de su complejidad.
La presencia de unidades idénticas repetidas, superación del ilusionismo, reducción del proceso de ejecución, introducción del cubo epistemológico, los patrones y formas geométricas, escasa variación del color, uso de materiales industriales, sencillez, abstracción, monocromía y funcionalidad son cualidades que trazan el estilo de productos que se obtienen a partir de esta vanguardia.
Entre críticas y propuestas, a pesar de las diversas nomenclaturas utilizadas para denominar esta nueva manifestación contradictoria hacia el arte de los sesenta, se clasificó que el minimalismo describía a las tantas obras provenientes de célebres artistas norteamericanos como lo fueron: Robert Morris, Donald Judd, Carl André, Dan Flavin.
Trabajos como los de Frank Stella, Ellsworth Kelly, Sol LeWitt, Richard Serra, Eva Hesse, Tony Smithm, Robert Mangold forman parte de lo minimal.
- Foto: The Jewish Museum