El Expresionismo es un movimiento artístico-cultural surgido en Alemania que inicia como estilo pictórico durante la transición del siglo XIX al XX.
El Expresionismo se trasladó a otras disciplinas (cinematográfica, musical y literaria) y múltiples regiones, madurando entre 1905 y 1933 a pesar de la interrupción por la Primera Guerra Mundial.
El conflicto bélico que se interpone en su desarrollo fue inicialmente visto con patriotismo heroico, ya que se esperaba el término del orden político previo, así como el cambio social que renovaría al país, a tal punto que varios artistas se enlistaron voluntariamente en el cuerpo militar.
La vanguardia fungía como respuesta contraria al impresionismo, caracterizada por la representación subjetiva y distorsionada de la realidad, sin un estilo unificado.
Dicha corriente ahonda en las emociones e ideas del individuo, abordando mayormente temáticas desfavorables representadas por mezclas de colores vibrantes, trazos exagerados y el rechazo a la composición premeditada, cuestionando las percepciones idealistas.
En su etapa inicial, las figuras que abrieron paso al Expresionismo, años antes que los jóvenes artistas alemanes fueron Munch en Noruega y Ensor en Bélgica, pioneros en mostrar lo grotesco y llamativo.
Posteriormente una agrupación de artistas liderada por Ernst Ludwig Kirchner fundan el movimiento en la ciudad de Dresde: supeditan el uso del color y escenarios marginales con inclinación al primitivismo.
Un segundo grupo surge en Múnich, brindando libertad creativa al artista y depurando más que deformando, siendo un paso previo a la abstracción.
- Ilustración: Fränzi Fehrmann