Las visiones apocalípticas sobre el calentamiento global ya no son ciencia ficción. El mes de julio fue atípico al aumentar la temperatura a su nivel más alto en 139 años de registro histórico. Islandia ya perdió un primer glaciar como consecuencia. Y el daño sigue avanzando.
El 23 de julio el glaciar Okjökull, en Islandia, desapareció para siempre. Para recordar este hecho catastrófico provocado por el calentamiento global, propiciado por el hombre, científicos de Estados Unidos e Islandia colocarán una placa metálica que indica: “Aquí hubo un glaciar”. Parece ser el primero de muchos males que se avecinan.
La alerta internacional científica frente al aumento de la temperatura ha sido permanente en las últimas dos décadas, pero nadie en los gobiernos del mundo parece hacer caso. Los efectos más dramáticos se han mostrado con el deshielo de Groenlandia, pero ni aun así se ha modificado la política industrial para evitar el aumento de la contaminación.
Los registros históricos fiables sobre la temperatura mundial comenzaron a desarrollarse en 1880 y su evolución indica que la temperatura promedio del planeta a 2020 tiene un aumento de casi 1 grado centígrado
Al igual que con la desaparición del glaciar Okjökull, la foto del científico danés Steffen M. Olsen, tomada el 13 de junio, impactó al mundo. Pero fuera de ello, no hay acciones concretas más allá de encargo de más estudios a la comunidad científica. El acuerdo del Pacto de París, firmado por 200 naciones en 2015 contra el calentamiento global, sólo ha quedado en el papel.
De acuerdo a diversos estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) si la producción industrial mundial continua su ritmo actual, sin disminuir sus niveles de contaminación ambiental, se estima que entre el años 2030 y 2050 la temperatura promedio global aumente a 1.5 grados centígrados. Lo que supone un cambio radical en la forma de vida como ha sido conocida por el ser humano desde el nacimiento de las civilizaciones antiguas.
El cambio climático ya está aquí. Tal vez en un futuro no muy lejano, las placas para recordar lo que hubo en determinado lugar –como la que conmemora la desaparición del glaciar Okjökull, en Islandia- sean parte de la realidad inmediata, antes de llegar a la autoextinción.
- Foto: Reuters
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