Abuso sexual, feminicidios, violencia sistemática, miedo. ¿Esto es normal?

Jaqueline muestra en Facebook los resultados de su batalla. Una de la que salió viva. De regreso a casa, al salir de la estación Delta y caminar a su casa, al lado de un predio baldío, un desconocido en bicicleta intentó forzarla sexualmente. Ella se resistió.  El agresor la apuñaló varias veces.

Las fotos de Jaqueline donde muestra las huellas de la agresión –el cuello, las manos, el cuerpo herido, mancillado, con una navaja por un bastardo animal-, la historia que narra ella misma provoca justa indignación. Levanta alerta, hace que nos preguntemos ¿y si hubiese sido mi novia, mi amiga, mi hija? ¿Y la seguridad?

El lunes 8:30 de la noche, falta poco para llegar a mi casa, un sólo tramo y ya, camino, sin miedo, tranquila… pero entonces alguien se acerca con una maldita bicicleta, me jala por el cuello y trata de meterme a un barbecho… la lucha comenzó, empecé a patalear, a tirar manotazos como podía, le dije que se llevara mis cosas y su respuesta fue ‘no me interesan tus cosas pendeja!!!’, me jaló del cabello y me tiró al suelo”, relata Jaqueline a su hermana.

¿Qué orilla a un hombre a convertirse en una bestia? Me pregunto con rabia y con ganas de largarle una tanda de violentos puñetazos a ese bastardo. Rompo las reglas periodísticas al hablar en primera persona y con palabras altisonantes. Me ofusca, me indigna, me encabrona que existan personas así.

Me disculpo por anteponer la visceralidad al argumento, por no cumplir con las reglas periodísticas que marcan que no debemos involucrarnos con el sufrimiento de los otros, que no debemos tomar partido, que debemos ser imparciales, objetivos, mostrar sólo los hechos. Pero hoy no puedo.

He visto el miedo en los ojos de mi hija. “¿Y si me toca a mi papá, cuando regrese a casa de la escuela?”. Las palabras retumban en mi cabeza como martillazos. “¿Y si le toca a Elda, y si le toca a la madre de mis hijos, y si le toca a la vecina…y si les pasa lo mismo que a Giselle o tantas otras…”. Es como un pandemónium mental.

No es el primer caso. No será el último. Aunque, para empezar, no debieran ser. No tienen por qué ser.

¿Por qué nuestras mujeres tienen que salir con miedo a la calle, por qué tienen que cuidarse de nosotros los hombres, por qué estamos atrapados en una espiral de violencia interminable? ¿Qué estamos haciendo frente a ello? ¿En qué estamos convirtiendo a nuestras comunidades, ciudades, a nuestro país? ¿Por qué no podemos parar esto?

Seguí gritando con todas mis fuerzas, pero eso lo descontroló, sacó una navaja y me la clavó en el cuello, no me importó… seguí aferrada a mi voz, clavarme algo en la garganta no le fue suficiente…”, continúa narrando Jaqueline lo que ocurrió a su hermana, quien ha subido la historia a su muro de Facebook para dar testimonio de este acto que la hiere, como hirieron a quien ella ama, a quien considera su alma gemela.

Chab’ estudió Ciencias de la Comunicación, sabe del poder de la palabra, de la forma en que el mensaje debe hacerse para resonar, para no pasar desapercibido, para manifestar fuerza. Por ello lo escribe, por eso ahora retumba.

Hoy comparto esto con todo el dolor y la ira que jamás había sentido en mi vida, hoy con el alma rota agradezco cada minuto que ESTÁ VIVA!!!! Hoy les pido QUE NO SE CALLEN, QUE GRITEN CON TODAS SUS FUERZAS, QUE DENUNCIEN, QUE DEJEMOS DE NORMALIZAR LA MIERDA Y EL PELIGRO EN QUE VIVIMOS A DIARIO, QUE NO IGNOREMOS LOS GRITOS DE AYUDA DE ALGUIEN MÁS!!!”, expulsa Chab’ su dolor. Uno que comparten muchos, que no es normal; que no podemos dejar que se normalice.

Las fotografías muestran a Jacqueline con vendajes, con gasas, con la sangre aun coagulando, postrada en una cama del Hospital La Luz.  Su antebrazo izquierdo vendado casi hasta el codo; apenas se ven dos dedos, el índice y el medio. El resto está oculto tras la venda. Recibió varios navajazos.

Bajo el lóbulo izquierdo de su oreja, el cuello también muestra sangre coagulada. El agresor la apuñaló justo ahí. La foto de un rostro, con una gruesa banda negra cubriendo sus ojos –para no mostrar entera su identidad-, con hilos de sangre escurriendo de su boca, de su rostro, estremece. Es una alegoría de lo ocurrido.

Lo golpeé y continuó con las manos, sentía cortes en mis dedos, pero yo sólo pensaba en seguir viva y que no lograra lo que quería, empecé a cansarme, por Dios que me estaba rindiendo, grité más fuerte, un último grito ‘Ayúdenme por favor!!!’ y entonces me escucharon, entraron corriendo, él huyó… y yo estoy viva de milagro!”, concluye su relato Jaqueline, una joven de 22 años de edad. Una mujer más víctima de la violencia, de la agresión sexual, de la podredumbre que nos comienza a sepultar.

Hace días en las redes miles de mujeres salieron a las calles a manifestar su rechazo justamente al miedo, a la violencia en su contra, a tomar los espacios públicos y manifestar que no se debe vivir así. Sofocadas por el terror de que alguien les dañe

#LasCallesSonNuestras Y las noches también. #VivasNosQueremos #SomosMujeres”, escribió en su muro de Facebook Ana Rangel Book el 25 de enero a las 8 de la noche. Sentada en una banca pública, detrás de sí una plaza iluminada, las torres de una iglesia, la mirada algo triste, el mensaje contundente.

Las redes sociales se llenan de indignación, y el muro de Jaqueline de mensajes de apoyo, de rabia, de reflexión.

Es una lucha de gente buena contra gente mala, no una lucha de mujeres contra hombres, Sí! Los hombres son los que están haciendo todo ésto pero créanme no se vale generalizar por unos idiotas a toda una población. Viendo la ‘Grandísima’ labor que hacen nuestras autoridades no cabe duda que entre nosotros mismos nos podemos cuidar mucho más, lamentablemente le tocó a ella, mañana esperemos no le toque a nadie más”, ha escrito en el muro de Jacqueline su amigo Stefang Villanueva.

León está indignado, los jóvenes están indignados, las mujeres están indignadas, los adultos también lo estamos. Ya corre como pólvora la convocatoria a la Marcha de la NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES. El domingo 3 de febrero a las 10 de la mañana saliendo del Arco de la Calzada. El eslogan es directo, es justo: “¡Basta de miedos! Por ti, por ella, por mi. Marchemos juntas. #NiUnaMas #TodasXJusticia”.

Jaqueline, es una chica linda de melena castaña, con ojos vivaces y soñadores, con pecas en el rostro y una sonrisa fresca, con una mirada de largo aliento que contempla al horizonte, pensativa, reflexiva, inteligente. Con la fuerza suficiente para enfrentar cualquier tormenta, como cuando escribe el 8 de octubre de 2018 en su muro de Facebook: “Justo cuando creo que he aprendido la manera en que se ha de vivir, la vida cambia”.

Pido que -en cualquier latitud- quien lea esto que indigna, y que me ha quebrado -como a muchos en casos similares en su entorno-, comparta la reflexión, el pensar, y pase a la acción para ayudar a transformar nuestra realidad inmediata, para no vivir ahogados entre la ignorancia, la indolencia, la violencia y la brutalidad.

Eso es lo que buscamos, a eso aspiramos,  todas y todos los que escribimos en Ruleta Rusa.

  • Foto: Facebook