A partir de 2009, las paredes de León comenzaron a cambiar.

El gobierno municipal en turno impulsó al graffiti ‘legal’ y la ciudad se convirtió en un epicentro de esta forma de arte. Vinieron los mejores del mundo a ‘pintar’ los muros y aunque el grafiti ‘ilegal’ no se redujo, muchos ‘escritores de graffiti’ locales se inspiraron para mejorar su técnica. El ‘nivel’ subió.

El caso del graffiti en León también ha llamado la atención de investigadores especializados en urbanismo y arte.

Las notas periodísticas publicadas al respecto en los últimos años revelan contradictorias estrategias gubernamentales: en 2014 poco más de 800 mil pesos fueron invertidos en “talleres encausa del graffiti” (como llamaron a ese programa) y entre 2016 y 2017, el gobierno municipal gastó ocho millones de pesos en eliminar el grafiti de la ciudad.

Pese al importante apoyo gubernamental con eventos como Malecolor y otros, cabe plantearse la pregunta: ¿Y si la inversión mayor fuera al impulso de artistas y formación de públicos, es decir, a la inversa?

Aquí las voces de una investigadora, dos jóvenes escritores de graffiti, un ciudadano leonés y un veterano del ‘arte en lata’.

I

León: un modelo posible

La investigadora norteamericana Caitlin Bruce alista un libro sobre la obra mural graffiti en León.

Caitlin Bruce, doctora en Filosofía en el campo de la comunicación, retórica y cultura pública (Northwestern University), ha viajado por el mundo para estudiar algo que parecería inerte: las paredes, los muros de las ciudades. Para precisar, ha estudiado y documentado las relaciones que se establecen entre el arte urbano y las sociedades, entre los muros y los humanos. El diálogo silente (y también estridente) de los tabiques, los colores y las latas. Lo que J. Gary, investigador español del graffiti denominó como “la conversación mural”.

Beneficiaria por su trabajo a importantes becas internacionales, la doctora Bruce ha estudiado el arte urbano de China, Italia, Francia,  Estados Unidos, México. De su investigación en Beijing y Shanghai, aporta una sólida definición del graffiti, su objeto de estudio:

Más que un simple embellecimiento, el grafiti es una composición de trazos: un enigmático discurso de un autor ausente ante un público de extraños impredecibles”.

Caitlin Bruce estudia desde hace años, con particular interés, el caso del graffiti en León; las importantes mutaciones de esta forma de arte urbano en la última década, el gran diálogo que ya se ha establecido entre los leoneses y sus paredes

El graffiti ha tenido una historia muy particular en León. Pasó de ser una actividad muy reprimida, a contar con el apoyo gubernamental. En ese sentido, León puede ser un modelo posible para otras ciudades, para celebrar y apoyar esta forma de arte”, explica a Ruleta Rusa, sorteando con éxito la barrera de explicar una idea compleja en otro idioma que no es el suyo.

Prepara una publicación de sus constantes visitas en los últimos cinco años a la ciudad: “Citizen Voices in Aerosol: León´s Graffiti Worlds” (Voces ciudadanas en aerosol: Mundos del grafiti en León) hoy en etapa de investigación que estará disponible para su consulta en 2021.

El graffiti es una de las tantas maneras que existen de comunicar, de expresar, entonces considero que si entendemos un poco mejor al graffiti como una forma de expresión desarrollado desde abajo, desde la gente común y no por intereses comerciales (en sus principios), podemos ver cómo los ciudadanos pueden participar e influir en el entorno urbano y también cambiar un poco la sociedad (…)  sé que es algo un poco utópico porque el grafiti no puede solucionar todos los problemas sociales, pero es una forma de comunicación, de hacer puentes entre diferencias sociales y un recurso para imaginar de manera diferente las ciudades”, detalla la investigadora que ya ha expuesto el caso de León en foros de Europa y Estados Unidos.

Caitlin Bruce forma parte del departamento de comunicación de la Universidad de Pittsburg donde es profesora y ahora es invitada del Departamento de Investigación y Posgrado de la Ibero León, como parte del Programa de Maestros Visitantes del Doctorado en Ciencias Sociales, Complejidad e Interdisciplinariedad.

II

El grafiti legal e ilegal pueden convivir

Shadi. Un ejemplo del buen grafiti que se hace desde León.

Shadi, aunque raya legal, también de pronto ‘ilegalea’. La han detenido algunas veces, pero en una de las más recientes se asustó. Los policías que la detuvieron  sólo la ‘pasearon’ y la dejaron en otro lugar lejos de donde fue detenida. No la llevaron a los separos ni tuvo que pagar multa. Por estos tiempos eso de tener una ‘paseadita’ de la policía es un riesgo mayor. A Shadi tampoco eso la ha parado. Su sueño de ser una gran escritora de graffiti no sabe de temores, no entiende de policías.

En otra ocasión, paradójicamente, pintó con gran técnica y con todo el tiempo del mundo su firma en una barda de un predio abandonado sobre López Mateos: SHADI en wildstyle. Aunque pasaban las patrullas no fue detenida respetando la premisa que dice “si quieres ser descubierto, escóndete”. O tal vez los mismos policías deseaban color en el anacrónico López Mateos.

El graffiti legal no terminará con el ilegal ni viceversa, así que deberíamos unirnos, respetarnos, sí se puede llegar a convivir (…) Está muy chingón que en León haya un movimiento de graffiti tan grande y con gente con tanto talento, cada vez salen más. Estos programas de apoyo son buenos, aunque el graffiti ilegal nunca se va a acabar, lo que se ha logrado es que los chavos se enfoquen a ser mejores”.

Caminando por el Parque Hidalgo, Shadi relata que empezó a los 15 años, en la secundaria, dibujando en su libreta, en las bancas, en los soportes clásicos de la secundaria en donde el mismo uniforme puede ser un lienzo

Shadi, María José Hernández Aguiñaga, ahora tiene un hijo pequeño que ya comenzó a hacer sus primeros trazos. Envía videos por Whatsapp de su pequeño con una lata de graffiti en acción al reportero de Ruleta Rusa, aunque en la entrevista asegura que no quisiera que su hijo se dedicara a eso solamente, que desea que tenga una mayor formación.

Tal vez para cuando él tenga la edad de su madre esta forma de arte ya se haya comprendido mejor.

 

A la gente le llama más la atención ilegalear

Sonder, escritor de graffiti, ha sido detenido cinco veces. Ruleta Rusa lo entrevista en una de las tiendas de José Wesly, reconocido artista urbano local y Sonder (como firma José de Jesús Landero) relata que ‘ilegalear’ siempre es más atractivo.

Yo también hago graffiti ilegal, eso no toma mucho tiempo, un par de latas y en cinco minutos terminamos. También hago graffiti legal, que requiere más esfuerzo, me gusta porque puedo desarrollar mejor otras técnicas como el 3D, te pone más retos, pero como que a la banda le llama más la atención ‘ilegalear’, atacar a los que sólo están en el legal”.

Para Sonder, el graffiti debería ser más aceptado por la sociedad. “Nosotros no le hacemos nada a la gente (…) si alguien me ve pintando y me pide que me vaya me voy y ya. Nunca nos detienen por grafitear, sino por otras cosas”.

III

Las obras de arte abandonadas

El mural de Belin, en Mariano Escobedo y Paseo de Jerez, uno de los más famosos.

Esteban Contreras tiene una cerrajería entre Mariano Escobedo y Paseo de Jerez desde hace 23 años. Justo en el edificio que está a espaldas de su caseta, uno de los más grandes artistas de graffiti a nivel mundial pintó a una monumental mujer un poco agachada, como tratando de caber en el muro intervenido.

Se tardaron cuatro días. Ese mural lo pintó en homenaje a su novia”, relata Esteban para también revelar que no se trata de un niño, como muchos creían,  sino de una mujer.

El autor del mural fue Belin, un artista español con obras en medio mundo, contratado por jugadores del Real Madrid en varias ocasiones, y recién, utilizado como imagen para promocionar los autos Volskwagen en España.

El mural de Belin, el nuevo ‘neoPicasso’ del graffiti mundial es uno de los pocos que se había mantenido en buen estado hasta que el municipio decidió ‘ayudar’

Vinieron del gobierno a ponerle como una protección, como un líquido transparente, pero en toda esa parte en donde le echaron se está cayendo la pintura. Sí deberían de darle una buena remodelada porque esto hace que la ciudad se vea mejor y que las paredes se respeten”, cometa el cerrajero, para quien también este mural ha sido una estrategia de ‘marketing’ al lograr que las personas ubiquen de mejor manera su cerrajería.

MadC, la escritora de graffiti más reconocida a nivel mundial también dejó su arte en León. Fue convocada en 2011 por el gobierno municipal para realizar un mural en la antigua sede de Derechos Humanos (Malecón y Juventino Rosas) para celebrar el Día de la Juventud. Con su particular estilo, MadC pintó una frase de Nelson Mandela.

“MadC realizó una producción llamada ‘700 wall’ en el año 2010, un muro de 700 metros cuadrados realizado por ella, el muro está ubicado en la línea del tren entre Berlín y ella con esta producción logró obtener reconocimiento internacional viajando así a más de 35 países”, se lee sobre ella en la Wikipedia.

Hoy su obra luce abandonada y con pintas de otros grafiteros. ¿Qué se debe hacer con estas obras en la ciudad?

 

IV

León tiene un enorme potencial en el graffiti: José Wesly

José Wesly es uno de los más experimentados escritores de graffiti de la ciudad. Desde hace más de dos décadas decora la ciudad con sus obras. Durante gran parte de su carrera fue perseguido por las autoridades pero a partir de 2010, su trabajo y el de otros artistas ha sido reconocido. En enero, con un graffiti suyo, fue recibido el nuevo jugador del León Giles Barnes, por ejemplo.

Desde una de sus dos tiendas, la ubicada en la Plaza de la Tecnología, Wesly resalta el potencial de estos artistas en la ciudad

León es una ciudad con una potencia increíble en el graffiti. Vienen de otras parte del mundo y quedan sorprendidos de la calidad que hay del graffiti. Es referencia por el apoyo del gobierno a esta forma de arte también”, describe.

Para Wesly, hace unos años, era impensable que hoy la escena del graffiti fuera tan reconocida y valorada. Sus obras y las de otros escritores de graffiti están en “paredes que jamás imaginamos que podríamos pintar”.

Sobre lo que se debe hacer con las obras de los más reconocidos grafiteros que hay en la ciudad, Wesly asegura que lo mejor sería “darles mantenimiento. No a todos, pero sí a los más destacados como los de Belin, lo de MadC, las obras en las bases de transferencia, en el estadio, en el panteón”.

Y evoca, aún como un sueño, lo que en otros países hacen con los graffitis de los más famosos: retirar cuidadosamente esas bardas para transportar a otras partes esas obras de arte e impedir que se pierdan.