Después de haber explorado algunas condiciones previas para experiencias transformadoras y trascendentes (privación, silencio), echemos un vistazo a uno de los aspectos más fascinantes del comportamiento humano: el estado de flujo.
El estado de flujo es un concepto relativamente nuevo en psicología. Creado en los años 70 por el psicólogo húngaro-estadounidense Mihály Csíkszentmihályi, observó por primera vez a los artistas, especialmente a los pintores, y vio cómo se dejaban “llevar por la corriente” de la pintura, olvidándose de comer y dormir durante largos períodos de extrema concentración.
El estado de flujo se convirtió entonces en tema de estudio para los psicólogos cognitivos, quienes rápidamente lo identificaron en los deportes e incluso en los negocios.
El estado de flujo significa alcanzar un estado de absorción en lo que uno hace tan profundo, que el sujeto experimenta una fusión con su entorno y una distorsión en su percepción del tiempo
Definición del estado de flujo
El estado de flujo es un estado de concentración total, donde las acciones de la persona y su conciencia se fusionan en el logro de una tarea. Esto exige una situación que excede ligeramente tus habilidades y, por lo tanto, te lleva al borde de tus capacidades. Si la tarea que tienes entre manos excede tus habilidades, caerás en ansiedad y frustración, si está por debajo de tus capacidades, te aburrirás.
El estado de flujo es fundamental porque rompe el molde categórico, esa tendencia que tenemos de poner las cosas en cajas y etiquetarlas con el lenguaje. El flow state es parte de una experiencia vivida, es una forma de conocimiento participativo . Por lo tanto, es una pieza central de nuestras estructuras de creación de significado.
¿Qué es el estado de flujo? El estado de fluidez es lo que sucede cuando bailas, practicas deportes o te pierdes en cualquier actividad que estés realizando. Un bailarín no “piensa” en cómo mover los pies, simplemente los mueve.
Flow state es lo que sucede cuando los músicos improvisan: se vuelven uno con la música, elevándose a otros niveles de conciencia, como en la película Soul.
En el estado de flujo, te sientes uno con el mundo que te rodea y las acciones parecen no requerir esfuerzo. Pareces estar guiado por un orden supremo, como si pudieras ver claramente lo que se supone que debes hacer. El tiempo pasa de otra manera y la vocecita que tenemos en la cabeza hablando todo el tiempo se apaga.
El estado de flujo comparte muchas características con experiencias trascendentes y transformadoras. Después de acceder al estado de flujo, las personas informan sentirse más “vivas”, con el mundo “más nítido” y “más hermoso”, que son informes típicos que encontramos en cualquier experiencia “reveladora”. Te separa de tu ego
Hemos hablado antes de ese pequeño tú en tu cabeza, que grita alertas y advertencias todo el tiempo para mantenerte con vida. Es una herramienta evolutiva muy eficaz. Lo que no es, sin embargo, es un medio para mirar fuera de la caja y ver lo que realmente hay allí.
La función existencial del estado de flujo
¿Cómo se relaciona el estado de flujo con nuestra búsqueda del Logos? Su característica más importante es su capacidad para descentrar el sujeto. Al romper las rígidas construcciones lingüísticas que nos mantienen unilateralmente centrados en un único aspecto de la realidad, abre la puerta a la percepción de realidades alternativas.
Sin embargo, entrar en el estado de flujo no equivale inequívocamente a una experiencia trascendente o transformadora. La gente baila durante horas y horas, pero sale de la fiesta sin reflexión ni introspección. Por tanto, el estado de flow es un componente necesario de las experiencias trascendentes, pero no es el único. Así como la privación (ayuno) o el silencio son parte del proceso, no son los únicos factores que entran en juego.
Entonces, ¿cómo se convierte el estado de flujo en una experiencia trascendente? La próxima vez comenzaremos a analizar qué son las experiencias trascendentes y cómo se caracterizan a medida que nos acercamos a nuestro objetivo final: comprender el Logos.
Terminaré con una cita de Marco Aurelio, un autor que se ha vuelto cada vez más importante en mi vida a medida que llego a la mediana edad:
“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad”(Marco Aurelio. Meditaciones).
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