Edgard Cardoza Bravo es uno de los ‘padres fundadores’ de la poesía contemporánea en Guanajuato, palabra hecha mar entre el abismo y cielo, una que sacude el alma con versos como estos: “Yo soy el mar de mares, la poesía”.
Ex seminarista, ex guerrillero sandinista, revolucionario del lenguaje, padre y abuelo amoroso, amigo estrella polar, Edgard Cardoza ya es parte de la historia de la poesía desde Guanajuato para el mundo.
Dueño de un lenguaje babélico, de ángel exterminador, su obra es vasta, con muchos premios literarios a su talento, a su epifanía de palabras que nos muestran la otredad, lo doloroso del Ser, como su libro clave: El cielo en el abismo.
“(…) entendemos todavía mejor al poeta porque es una voz auténtica. Su torbellino de palabras no es una trampa para el destino futuro del hombre. Hay muchos cadáveres sembrados en la tormenta, pero él está siempre vivo, aún si él ha tocado el hilo de la muerte y sentido el furor provocado por la indiferencia, el abandono y el olvido. Su poesía mira a través de los ojos del búho y escucha por el canto del gallo”, escribió en 2021 el poeta Francisco Azuela (q.e.p.d.) a propósito del libro El cielo en el abismo, pilar fundamental de la poesía contemporánea de Guanajuato.
Nacido en el poblado de San Isidro Matagalpa, Nicaragua, un 12 de octubre de 1958, emigró años luego a México para echar raíces en Irapuato, donde formó familia y reside desde hace décadas.
Autor de otros libros como De esta bruma nacerá el olvido, El sueño de los monos verdes, El prisma de los colores, Memoria del durmiente, Ciudad del mundo/Ciudad del alma, Pez murciélago, Como crujir de ramas secas, Ciudades distantes y Los héroes no piden permiso, es parte además de varias antologías de poesía.
Conocí personalmente a Edgar Cardoza Bravo una noche de diciembre de 2022 en Irapuato, pero nos hermanamos más otra noche luego, en el Irapuato canalla, ese que pintaba Raúl Zárate, con sus cantinas, rocolas, billares y trasnoches y trastumbos
Me hermana con él no sólo la palabra, sino los amigos comunes, otros ‘padres fundadores’ de la narrativa y la poesía que desde los años 80 ha deslumbrado desde Guanajuato -sin que hubiesen hecho carrera en la Ciudad de México, como era costumbre rancia y centralista para poder ‘ser tomado en cuenta’-. Ellas y ellos rompieron con ese molde y revolucionaron las letras.
De la poesía de Cardoza sólo puedo decir que es tormenta de fuego. Como dan fe estos versos de varios de sus libros:
“Señor Noé/ comenzó el diluvio/ y no lo vi en el arca/ Lo busqué/ por los pasillos repletos de excremento/ Le grité/ durante cuarenta días con sus noches/ (o noches con sus noches)” (…)
“A Omallem, combatiente y marinero. No lo aguarda/ una tierra mitológica/ sino el país en ruinas/ del exilio perpetuo” (…) “Entre cielo y abismo/ transcurro/ doy saltos/ me sumerjo” (…)
“Yo soy la voz del mar de mi familia: / por mi lenguaje azul/ fluyen nuestros veleros presentes y pasados/ (…) “Otros dicen que el mar es la más honda lágrima de Dios./ Salobre, devastada” (…) “Condenados estamos/ a ser tú el desvarío/ y yo el ojo abisal ” (…)
“La noche emite sombras/ con ojos de cadencia/ voz de ensueño” (…) “Para reinventar el fuego de las cosas comunes/ Para hacer del amor no camino ciego sino río dorado/ Para que la noche sea creencia y no misterio” (…) “El sol en las espaldas/ es demasiada carga/ y de espejos/ sólo la luna sabe”.
El 4º. Encuentro de Escritores de Guanajuato, rinde un justo homenaje a este gran poeta nicaragüense-mexicano que es Edgard Cardoza, con el lema: ‘La paz se construye en la palabra’
Bajo el auspicio del Seminario de Cultura Mexicana (Corresponsalía Guanajuato), la Asociación de Escritores de Guanajuato, la Secretaría de Cultura de Guanajuato, a través de Ediciones La Rana, el Museo Dieguino, y establecimientos como ‘La Clave Azul’, ‘Escarola’ ‘Puerto La Peña’ y ‘Casa Saucillo 66’, se logró esta cuarta edición.
Poetas y narradores, jóvenes y consagrados, de Guanajuato y otros estados del país, forman parte de un programa de lectura pública y mesas de análisis -con ingreso gratuito- en el Museo del Pueblo y el Museo Dieguino, durante los días 14 y 15 de marzo, además de jornadas libres de lectura en algunos bares emblemáticos de Guanajuato Capital, como la célebre taberna ‘La Clave Azul’.
Aquí estarán Juan Manuel Ramírez Palomares, Jorge Olmos, Carlos Ulises Mata, Baudelio Camarillo, Margarita Vázquez, Héctor Contreras, Ricardo García Muñoz, Enrique Rangel, José Báez Zacarías, Carmen Julia Holguín Chaparro, Juan Manuel Bonilla Soto.
Lo mismo que Max Santoyo, Aniceto Balcázar, Luz Velázquez, Amaranta Caballero Prado, Ana María Castellanos, Rolando Álvarez, Denys Juárez Laina, Guillermina Murillo, Rodolfo Herrera Pérez, Gilberto Navarro Camacho, Maricela Segoviano, Milagros de la Cruz Salas, Andrés Fabian, Edgar Magaña.
Y también Lucy Loya Orellana, Alejandro Guzmán López, Marichuy Vázquez, Alfonso Padilla, Rosa Murillo, Pedro Vázquez Nieto, Zauriel Martínez Hernández, Hilda Méndez, Marco Ornelas, Aleqs Garrigóz, René Flores Ponce y Raúl Reyes Ramos.
Esta gran celebración no podría ser posible sin la persistente iniciativa de otro ‘padre fundador’ de la poesía contemporánea en Guanajuato, y gran amigo, el poeta Demetrio Vázquez Apolinar quien desde hace décadas ha convocado y congregado voluntades para lograr encuentros de gran calado y largo aliento, como este.
Bienvenidos sean todos “a la Atenas de por aquí” -como describió Jorge Ibargüengoitia a Guanajuato Capital en Estás ruinas que ves– para esta magna celebración donde la palabra se manifiesta viva.
*NOTA: para conocer el programa completo puedes descargarlo desde aquí:
- Foto: Ruleta Rusa