Meses de exaltación, peleas, peritajes y opiniones encontradas llegaron a su fin tras la subasta en una incierta noche en la elegante sala de Christie’s, en Nueva York. El lote 9 fue el efecto. El último cuadro de Leonardo Da Vinci en manos de un particular desató la locura.
Salvator Mundi es un bellísimo retrato de Cristo pintado al sfumato, la técnica pictórica de Leonardo Da Vinci. Quizá por eso la alta cultura del mundo se sacudió al conocer de la subasta. Europa, Oriente, Norteamérica, Oceanía, el mundo árabe y América Latina estuvieron atentas al preludio de este evento histórico. La Vanguardia lo tasa de forma pragmática, pero exquisita:
“Ni Picasso ni Lucian Freud. El renacentista Leonardo da Vinci, el hombre orquesta de las artes, batió todos los récords en la historia de las subastas al alcanzar un precio de 450.312.500 dólares. ‘Les femmes d’Alger’ (Versión ‘O’), de Pablo Picasso tenía el récord con 179,36 millones de dólares, logrados en una subasta en el 2015.
“Destronó a ‘Tres estudios’ de Lucian Freud, que en 2013 había trepado a 142,4 millones de dólares. Leonardo supera además a las ventas realizadas en tratos privados, donde obras de Paul Cézanne y Paul Gauguin llegaron a 250 y 300 millones de dólares, respectivamente”.
¿Qué tiene el cuadro de Da Vinci que hace llorar a la gente o le da una experiencia espiritual? Algo tan poderoso que alguien pagó por esa belleza universal 450.3 millones de dólares

El Cristo tiene ojos profundos, como llenos de galaxias, el cabello largo y revuelto color miel, un rostro hermoso avellanado, sosegado, y un misterioso juego de los dedos en la mano derecha. Una túnica azur celeste -con una piedra preciosa al centro y bandas de oro engarzadas- le cubre el cuerpo, mientras sostiene en su mano izquierda un orbe de cristal donde se manifiesta La Trinidad. Una pintura perfecta.
Este sagrado tesoro del arte, que misteriosamente vuelve a manos particulares, fue visto antes de su venta por personas tan dispares como un neoyorquino cualquiera, Patti Smith, Jennifer López, Alex Rodríguez, Leonardo Di Caprio o turistas de Hong Kong, Londres u otras latitudes. 27 mil personas pudieron admirar directamente al Salvatore Mundi antes de ser subastado en Christie´s.
La noche previa a la subasta se especulaba que el cuadro podría alcanzar los 100 millones de dólares, según da cuenta The Washington Post, pues la obra que fue pintada en el nacimiento del siglo XVI se ‘clonó’ hasta veinte veces, pero nunca se había visto el cuadro original; por cierto, siempre asociado a escrutinios, asombro y violentaciones.
Los ingleses lo tuvieron siglos. Lo insertaron groseros mercaderes en la colección Cook que apenas se vendió en 1958 por miserables 4 libras, algo así como 125 dólares o apenas 2 mil 500 pesos mexicanos al día de hoy

En la subasta cinco mujeres y siete hombres, como los 12 apóstoles del capital –sus ropas y expresiones los delatan- hacen de la puja una escena totalmente contemporánea. Cinco de los hombres llaman desesperadamente a través de un smartphone a un destinatario incierto.
Como Un Dalí entre baratijas, un par de judíos afectos a rebuscar entre el tiradero de cosas lo encontraron. El brillo en sus ojos obligó al vendedor a cobrarles un precio alto. Ellos lo pagaron con frialdad pensando en que al venderlo multiplicarían ese precio diez veces. Aunque fuese un sueño.
En un trabajo de paciencia y amor una profesora en Conservación de Pinturas fue quitando capas que cubrían los trazos perfectos de Leonardo. Muchos pintores habían intervenido el número áureo pensando en que ‘modernizaban’ o `mejoraban´ esa obra exquisita que fue concebida en el Renacimiento, al morir el Quattrocentro.
Los temblores al descubrir el original tras de imperfectas y groseras intervenciones de pintores inciertos se trasladaron a la certificación final de los expertos. En 2011 se dictaminó, tras comprobar el sfumato, que el cuadro era un divino Da Vinci.
¿Qué significan 19 minutos de gritos y ofertas para resolver al comprador final?
Es un misterio el que doce personas levanten la mano y ofrezcan una x cantidad de dinero; siempre un número arriba del que el último que levanta la mano oferta, como mercader del templo, para cerrar el trato. Pero la sucesión de números no acaba. Y tras 19 minutos de gritos y ofertas se determina que un comprador incierto se ha llevado la pieza.
Da Vinci retrata a un Cristo mesmerista, ajeno al tiempo y misterioso. Al que un incierto personaje compró en una incierta noche, por 450.3 millones de dólares en la elegante casa de subastas Christie´s , en la ciudad de las modernas luces: Nueva York .
Epílogo gracias a la atemporalidad de las redes sociales.
Se supo luego que el cuadro fue comprado por un musulmán, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman. Para mayores señas el cuadro fue adquirido para supuestamente exhibirse en el Museo Louvre de Abu Dabi. El 3 de septiembre de 2018 el museo anunció sin embargo en un tuit que la exhibición del Salvatori Mundi quedaba pospuesta indefinidamente.
Un dato extraño , como el comprador.
- Fotos: Especial/AFP/Timothy A. Clary
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