En cuarentena obligada, editoriales, plataformas, instituciones y centros artísticos liberan sus libros y programación para paliar los días de encierro.
La cultura no está en cuarentena, está en línea, no esbelta sino robusta, regordeta, obesa hasta la grosería.
Con la pandemia del virus, la cultura, así con todas sus letras, le ha hecho segunda en todo el país, y desde Alaska hasta la Patagonia, literatura y más manifestaciones artísticas están a la carta, al alcance de un clic, libre de derechos, de licencias internacionales, de productores y casas leoninas.
Esto supone un entripado terrible, un coraje mayúsculo por el poco tiempo para ponerse siquiera al día de lo que cada minuto se está liberando gratuitamente en internet o en centenares de descargas que se nos ofrece a diario.
“Tiempo de ocio”, se dice, “Quédate en casa y disfruta”, se arremete en cuanta red social o plataforma se mete uno en estos días; pero si el día tiene ¡24 horas!, que ni multiplicado por tres nos daría un respiro para disfrutar sin sentir angustia, de aquello que nos apetece.
No, no está bien o sí, finalmente se puede ser muy selectivo, demasiado, hacer una curaduría con aquello que estrictamente queremos leer o ver, pero le juro que ni así
Y empecemos para bajar el coraje o aumentar el estrés: un rastreo muy sencillo del estado actual de la cultura on line nos enjareta que si solo nos centramos en el mundo editorial, la firma Anagrama comenzó con la cosquilla al ser la primera en liberar cinco títulos envidiables de su catálogo, que van desde Alejandro Zambra con Mis documentos, a Mariana Enríquez y el estupendo volumen de Las cosas que perdimos en el fuego; también hay obras de Marta Sanz y Gonzalo Torné que… ¿por qué no las ha descargado?
Casi de inmediato le siguió errata naturae, al disponer libremente para descarga, nada más y nada menos que veinte títulos para todos los gustos, con joyitas de Jean Genet, Franz Kafka, Robert Desnos o Demóstenes.
Parte del mensaje de la editorial es contundente para los bibliófilos:
“Todos los libros que podrás descargarte de forma gratuita aquí abajo son, por distintas razones, prácticamente inencontrables en las librerías. Tengamos todos en cuenta que ésta es una situación absolutamente anómala”.
Así, ante esta situación anómala, Acantilado editorial liberó solo tres títulos (ni más que hacían falta), pues para muestra están Job de Joseph Roth o La tormenta de nieve de Tolstoi.
Seguramente habrá muchos más que se escapan ante la fragilidad y poca pericia en la búsqueda acuciosa de quien les escribe, mas en el corte nacional, hay también títulos de instituciones, editoriales gubernamentales y algunas independientes que nos quieren mantener ocupados y no preocupados.
Tierra Adentro, Porrúa, El Colegio Nacional y El Colegio de México, además de la UNAM e institutos de cultura estatales, han abierto las puertas de sus sitios para que a gozo se descargue el cúmulo de conocimiento escrito y los niños también tengan lecturas formidables
La nota de un diario nacional consignó que tan solo en unas horas se había descargados más de 2 mil veces uno de los libros que liberó.
Si hacemos un recuento muy rápido de los títulos gratis que se han ofrecido al público por la cuarentena obligada, la suma da alrededor de 850 libros descargables, toda una biblioteca variopinta. ¿Quién tendrá el tiempo de leer al menos el 10 por ciento de ellos en estos cuarenta días? Sean serios por favor.
Ah, caramba, dijimos que la cultura en general y no solo libros, pues sí, esta desfachatada señora anda imbatible y los conciertos, obras de teatro, recitales individuales, danza y cine no se quedan atrás.
Los países de Europa, principalmente Alemania e Italia, después lo hizo Francia, pusieron gratuitamente y en streaming una oferta digna de los mejores festivales. Casas de ópera y teatros invitaron a través de sus redes para que el público se recetara lo mejor de sus artistas en línea.
Conciertos memorables, estrenos mundiales, cine de autor, cine de festivales, producciones del Teatro Colón o del Teatro Nacional de Londres y la Orquesta o teatro de Berlín están también disponibles on line
¡Melómanos, cinéfilos y teatreros del mundo uníos, que las jornadas no tendrán fin ni de día ni de madrugada!
Y vendrá más, mucho más, advertidos están pues tan solo en México, la Secretaría de Cultura puso a operar la plataforma “contigo en la distancia”, donde la apabullante lista de conciertos, unos fabulosos como los del Festival Cervantino, obras de teatro, podcast y lecturas, se irá sumando día con día, eso sin contar que a través de convocatorias se invita a que los artistas difundan su quehacer por medio de redes sociales.
¡Bendita, maldita, bendita, maldita cultura que nos ha atrapado en sus garras y no da tregua!
Busque los links, aproveche o maldiga la contingencia sanitaria, descubra nuevos hacedores del arte y la cultura, rememore lo que vio o dese gusto con verdaderos titanes del hecho artístico, los nombres y la cantidad que hay ahora libre es tan apabullante que fatiga y se invierten horas en tratar de definir qué se ve o se lee primero o después, porque en algunos casos de teatro, danza o cine, la oferta cambia cada uno o tres días.
Decidir, sí, es horrible.
- Ilustración: Salvador Dalí