Ruleta Rusa te cuenta cómo ciudadanos leoneses sin formación especializada compran plazas vitalicias para trabajar en el Seguro Universal. ¿Corrupción o estafa?  

                                                                                                       

En septiembre de este año Ruleta Rusa inicia el seguimiento de unas atípicas ofertas de trabajo para ingresar en el nuevo y polémico Seguro Universal: el invento del Gobierno de Peña Nieto para maquillar la quiebra del IMSS y empezar a transferir a centros privados la atención sanitaria de los mexicanos. Pero no es ése el objetivo de esta crónica destinada a relatar cómo ciudadanos sin preparación médica están comprando en León plazas vitalicias con cargo al erario público.

“Plaza federal vitalicia adscrita al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Salud” era el reclamo de la oferta laboral que empezó a circular por la ciudad de boca en boca y vía whatsapp. Acudimos a la llamada. Y cumplimentamos el primer requisito. Un formato en archivo Word sin logotipo institucional y centrado en recabar datos básicos del currículum del solicitante: edad, grado de estudios, motivaciones y experiencia laboral. Surgen las primeras dudas: ¿plaza federal en un documento anónimo sin membrete ni atisbo de oficialidad?

Hacemos llegar nuestra solicitud al ‘patrón sin rostro’ a través del conocido que nos puso sobre la pista. A los dos días recibimos la respuesta. Nuestro currículum, en el que queda claro que no tenemos la más mínima experiencia en el sector sanitario, pasa el primer filtro. Nos convocan a una entrevista personal. El lugar de la cita: un hotel a la entrada de León. Buscamos el salón esperando una convocatoria masiva de candidatos. Pero no. La junta se celebra en uno de las habitaciones del hotel. Nos sentamos en una de las camas dispuestos a escuchar. Aforo reducido: ocho candidatos y tres representantes de la ‘institución’.

Y recibimos la primera orden: apagar los celulares. La cosa empezaba a ponerse interesante. Sórdido atrezzo para una plaza federal vitalicia. El escenario se asemejaba más al de la típica estafa piramidal.

Breve silencio y miradas de extrañeza entre los ocho candidatos hasta que toma la palabra la ‘licenciada Fabiola’. Que, dicho sea de paso, tenía serias dificultades para enlazar dos ideas seguidas. Después de una breve presentación dice lo que todos los presentes esperaban oír: “las plazas son para una nueva institución que integra al IMSS y al ISSTE en un solo proyecto, que será gestionado por la oficina que hace el reclutamiento”.

Los cargos para los ocho aspirantes correspondían a diferentes áreas. En concreto, y en esa reunión en específico, estaban buscando un director de área, un asistente del director y un chofer. A continuación, la ‘licenciada Fabiola’ nos mostró un escueto powerpoint que señalaba los centros de distribución de servicios y medicamentos del proyecto en toda la República. Para cerrar la plática con un ‘speech’ sobre lo “beneficioso” que será para los elegidos entrar a formar parte de una empresa de la envergadura del Seguro Universal.  Al final Fabiola se despide anunciando su cargo: Directora Nacional de Reclutamiento.

Y empezó el turno de preguntas. Todas las cuestiones sobre dónde podríamos corroborar la información y la legalidad que respalda la iniciativa recibieron la misma respuesta: “es un proyecto político”. Llegó entonces la hora de la verdad: aportación de 40 mil pesos para el cargo de director y su parte proporcional para las plazas de asistente y chofer. Hay que depositar el dinero en una cuenta sin obtener un recibo oficial. Hay que confiar. Una vez hecha lo que Fabiola llama “la aportación” se deberán cumplimentar otros formatos burocráticos y, al final del proceso, el nombramiento “por mandato presidencial” se recibirá en un plazo indeterminado en Querétaro o la Ciudad de México.

Como dijo la licenciada para terminar la reunión: “es una oportunidad increíble con la que vamos a beneficiar a mucha gente y a nosotros mismos”. Ahí nos retiramos y ya no hicimos el pago. Algunos de los candidatos que sí hicieron la aportación fueron citados semanas después a una reunión en Querétaro. A día de hoy siguen esperando la confirmación de su plaza vitalicia en el Seguro Universal con 40 mil pesos menos en su cuenta bancaria.