El Forum Cultural festeja su catorce aniversario con una oferta virtual de música clásica como el concierto celebrado el sábado pasado con obras del gran Beethoven.
Será la nueva normalidad, será que deberá uno acostumbrarse a la mediación de la tecnología ante un arte vivo y será también que las celebraciones, los aplausos, la escucha estará regida ya no por la fidelidad del oído en presente, sino por la fidelidad de la transmisión por las redes sociales, la computadora de turno o el embate televisivo.
Así, con la lluvia del sábado, se transmitió en vivo el concierto del pianista Luis Herman Miranda, que se aventuró a celebrar a Beethoven…pero, ¿qué más se pone en una crónica en la que no se está presente, no se siente el pulso del público en la sala, sus murmullos, su estornudos y carraspeos?
Nos queda la música entonces, la música que lo es y puede serlo todo, esa música tocada por Luis Herman Miranda y salida del piano enclavado en la vacía sala de conciertos del Auditorio Mateo Herrera del Forum Cultural Guanajuato
De testigos, el ramo de flores, las butacas, los cientos, miles de espectadores desde sus casas que observan cómo el músico guanajuatense se inclina ante un auditorio inexistente para recibir los aplausos inexistentes de unas palmas inexistentes. Las flores sobre el escenario son el único testigo vivo de la caravana inicial.
Casi 2 mil reproducciones del concierto en las redes sociales del Forum. Si se contara la capacidad de la sala, tenemos que en formato presencial (ahora se dice y se escribe así), es como siete conciertos a tope de público.
Tómese todo con sus reservas de las ventajas y desventajas de esto…
Y ahí estaba el pianista Luis Herman Miranda, para ofrecer en 55 minutos exactos de concierto la Sonata para piano N° 14 en Do sostenido menor, Op. 27 N° 2, Quasi una fantasia, y la Sonata para piano N° 21 en Do mayor, Op. 53, Waldstein.
Él, entregado, como en un ensayo general previo al concierto, ensimismado como quizá deben hacerlo los músicos cuando ensayan por horas o se encierran a componer o se citan en el estudio de grabación.
Y es verdad, no sé bien a bien cómo cronicar esto, pues no es una conferencia, una película, una rueda de prensa o un debate político. Es un concierto “en vivo”, pero sin vida, sin convivio, mediado, tendrá uno que acostumbrarse porque en el viejo periodismo (si se me permite el término), los maestros nos enseñaron que la crónica hay que vivirla, estar presente, estar ahí, seleccionar un punto de vista, retratar la atmósfera, trasladar al lector a esas escenas…listo, la escena, trasladar lo que se vive.
Pues bien, es un concierto, sí, que suena impersonal por la mentada virtualidad forzada.
La vieja escuela decide no soltarme y mis preguntas como cronista se disparan. ¿Cómo disfrutó el público este concierto? ¿Dónde lo vio? ¿Fue sin interrupciones, de corridito? ¿Algunos se desconectaron, bebieron, les falló el Internet, aplaudieron en compañía o se arremolinaron en la cama o el sofá?
Si antes, en la normalidad de antes, se atrevía uno o una a llegar con una crónica sin dar datos de color o cómo estaba la gente, los asistentes, contar lo que ocurría, los editores te regresaban como vas con tu escrito porque no decía nada de lo que pasó -aunque en este caso el ejercicio periodístico es premeditado y cuenta con la aprobación previa (Nota del Editor)-.
Ahora quizá será diferente, no lo sé… pero escribir así se siente extraño. Disfruté el concierto, sí, sin pausas, con unos buenos tacos de por medio, imaginando que digitaba el piano también como el músico, imaginando que tendría miles de espectadores virtuales, mirando esa sala vacía pero conectado en el ciberespacio hasta Rusia.
Celebración al fin, el concierto del Forum Cultural Guanajuato suma a sus datos duros de haber logrado en todos estos años la atención de 4 millones 800 mil personas, casi la población total de estado.
Un triunfo nada desdeñable.
- Foto: Manolo García