Celaya era reconocida como la ciudad con mejor ‘mota’ de México a principios del siglo XX. Tras la aprobación en el Senado de su uso medicinal, esta historia de 1908 resucita como una profunda reflexión futurista.                                                                                          

Enrique Feliciano H, en su libro de reciente publicación ‘República Pacheca. Crónica de la Mariguana en México: 1492-2015’ (Proceso), relata éste y otros muchos momentos fundamentales para entender el viaje social, político y económico de la hierba, que hoy está en el centro del debate continental.

pacheca

Felix Díaz Pietro, sobrino del entonces presidente de México Porfirio Díaz, era el responsable del combate contra el consumo de marihuana que por entonces se propagaba en el país. En la primera década del siglo XX, la legislación al respecto del consumo y distribución de la mota era incipiente. Apenas en 1896 el Código Sanitario había prohibido la venta de marihuana en los mercados.

El mismo Felix Díaz logró el desmantelamiento de una fábrica de cigarros de marihuana que en la primera década del siglo pasado comercializaba su producto bajo la marca ‘Rateros’.

Celaya aparece en la historia de la lucha por el consumo medicinal justo en 1908, cuando la policía localiza 690 kilos de marihuana procedentes de esta ciudad de Guanajuato

El propietario de estas cajas era José del Moral, quien declaró tras su detención que había llevado a la Ciudad de México la marihuana para que el Consejo General de Salubridad la analizara. Su argumento es un vaticinio a las políticas de vanguardia: “¿Por qué no se me permite que yo ponga a la venta, elaborada perfectamente, esta benéfica planta? No encuentro motivos para que se me impida establecer una fábrica de marihuana ya que en Europa, y especialmente en Francia (….) que va a la vanguardia de la civilización, no esta prohibido ponerla en el comercio”.

cigarros de marihuana

Además, José del Moral presentó cómo ‘evidencia’, una cajetilla de Cigarettes Indiennes, cigarros con Canabis Indica, que, argumentó del Moral, “fueron puestos a la venta en 1897 por el laboratorio de París para combatir el asma, la laringitis y el insomnio”.

Celaya proveía al país este ‘remedio’. Y también la famosa Guanajuato grass.