En una ocasión, escuché a un estudiante mozambicano decir que todo mundo debe sentirse extranjero por lo menos una vez en su vida.

Aunque lo que decía el estudiante mozambicano no lo decía por mi ni para mí, yo me sentí aludida; estaba en uno de los salones del Instituto de Estudios del Lenguaje, en la Universidad Estadual de Campinas en São Paulo, Brasil. Ha pasado más de un año desde ese día y creí que la única manera de volverme a sentir extranjera era estando en otro país, pero cuando terminé de leer Shérdi y otros poemas tuve la misma sensación, experimenté la misma certeza de estar secundando eso de ser ajeno.

El sello editorial mexicano de reciente creación, Círculo de Poesía, publica la colección de poemas de la hindú Sujata Bhatt reunidos bajo el título Shérdi y otros poemas. Bhatt es una poeta cuya lengua materna es el guyaratí, que escribe en inglés, publica en Inglaterra y vive en Alemania. Su trabajo poético ha sido traducido a más de veinte idiomas. Este libro que tengo a mi lado está en español.

Sesenta y seis poemas en ciento cuarenta y siete páginas, traducidos del inglés por cerca de una docena de personas. El libro que resulta tiene una intimidad que pesa

Es un tanto paradójico leer un conjunto de poemas que tienen referencias específicas, referencias que tuve que googlear, por ejemplo.

Digo paradójico porque más allá de entenderlas o no, la voz-autora me hace sentir que las he vivido. Este compartir de memorias se sujeta a otro recuerdo y me ayuda a explicar por qué me enganché con este libro: lo que escribe uno es personal, un mapa.

Es importante que sea honesto. ¿Cómo no va a ser honesto el grito de sentirse ajeno? De andar buscando cabezas, probarte muchas y no hallar la que te acomoda porque habla otro idioma; el alemán, el del silencio, el del amor o el del miedo.

Me sentí extranjera al leer sobre cómo preparar comidas hindúes, pero me reconocí hermana de una mujer que están lapidando. Me volví el estiércol de la niña que se construye con las manos en él. Me sentí leona que lame el cuerpo amado y que se funde en el éxtasis del verde deseo. Asistí al triángulo amoroso donde Rilke es una excusa para dejar hablar a las mujeres que aman. Mecí en mis brazos a una hija que no quise y me senté a tomarme una taza de café en Nueva York.

Las fechas y los lugares son específicos y al mismo tiempo, son habituales.  Es un constante devenir, sintiéndose parte, lejos, pero parte

Los poemas no buscan una estructura estrambótica, el poemario no es un conjunto metódico, sino uno del observar, así es como uno intenta disimular que no es extraño. La mirada gráfica de la voz poética tiene un tono narrativo. El carácter oral permea los poemas y los abre. Invita al lector por medio de lo conocido, de lo universalmente conocido.

No definiría al poemario como polifónico. Hay una sola voz que habla muchas lenguas. El peso de hablar lenguas ajenas es que te construyes de todas ellas y los poemas de Bhatt dan cuenta de ello. Recomiendo a Shérdi, recomiendo seguir leyendo a Bhatt, recomiendo el poema que le valió escucha y lectura internacional: Search for my tounge.

Buscar una lengua que nos acomode significa buscar un hogar y la búsqueda siempre es dolorosa, da comezón, se siente, se habla, como estos poemas.

  • Ilustración: Pieter Lastman